Budapest
La perla del Danubio
La perla del Danubio
En torno al castillo y el Palacio Real de Buda, desde lo alto de las colinas delimitadas por el Bastión de los Pescadores. Budapest ofrece una cara ecléctica y barroca que hunde sus huellas en un pasado de historia agitada y muestra una belleza monumental que ha sido catalogada Patrimonio de la Humanidad. Aunque en realidad la vecina zona de Óbuda recoge los ve
stigios originales de este asentamiento a orillas del Danubio en torno a su plaza Florián, los monumentos de la zona alta de Buda como la Iglesia de Matías, las casas al estilo de los palacios italianos del siglo XV y la estatua de Turul, el aguila mitológica de los antiguos magiares en Szent György tér transportan al viajero a los tiempos de esplendor de esta capital, que refleja las épocas y monarcas más remotos en contraste con su agitación cotidiana al otro lado del río.
Acaso por eso no sorprende el aspecto tan diferente que presenta su zona llana, donde late otra personalidad dinámica y cosmopolita en torno al Belváros o corazón histórico de Pest. Atravesada por las grandes avenidas Rákóczi y Andrássy, sus novedosos centros comerciales como el West End City Center y áreas peatonales se alternan con la animación de la calle Váci. Aspectos que conviven con magníficos edificios que recuerdan el esplendor de los Habsburgo, como su Ópera Nacional, el legado de arquitectos famosos como la estación Nyugati -firmada por Eiffel-, construcciones gigantescas como su Gran Sinagoga -la mayor del mundo después de la de Nueva York-, y joyas de estilo secesión, únicas en europa, como la Academia de Música Franz Liszt o la Asociación Nacional de Ciegos. Pero sin duda, más que sus hermosos parques y zonas verdes - como la Isla Margarita o el inmenso Városliget, con su Zoo y su castillo-, o que sus amplias plazas testigos de su historia reciente, como la impresionante Plaza de los Héroes donde se levanta el Monumento del Milenio, lo que más me llama la atención de la capital húngara es su curiosidad por la cultura, la charla y el paseo, lo que le da nota de personalidad curiosa y chispeante, ideal para visitar en cualquier época del año.
Un Museo para cada ocasión.
A través de sus muchos espacios museísticos, Budapest refleja la diversidad de intereses y actividades que la convierten en una le las grandes urbes ilustradas de centroeuropa. Para conocer mejor la historia autóctona, existen espacios imprescindibles como el Museo Nacional, que repasa la histori
a magiar desde el año 1000 hasta nuestros días, o la Galería Nacional Húngara, rodeada del complejo de espacios del Palacio de Buda, como el Museo Ludwing de Arte Contemporáneo y el Museo de Historia de Budapest con una interesante sala gótica. El Museo Aquincum muestra en la zona de Óbuda una buena colección de ruinas que recuerdan los primeros asentamientos. El Museo de Bellas Artes, en la Plaza de los Héroes, incluye por su parte piezas de grandes maestros como Rafael o Durero, asi como una amplia sala de arte español. Otras instituciones en torno al arte nacional son el Museo de Etnografía, con objeto y atuendos del legado folklórico y la vida rural, y el Museo de Artes Aplicadas, que ocupa un soberbio edificio de estilo Secesión firmado por el arquitecto Odön Lechner en 1872.
Tardes de café y balneario.
Alrededor de 1900, las tertulias en los cafés se convirtieron en autenticos foros de la vida social de acuerdo con una larga tradición que hoy todavía se mantiene. Algunos de estos locales incluso parecen detenidos en el tiempo, llenos de encanto y tentadoras recetas de sabor imperial, como la tarta dobos y los pasteles Eszterházy y Sombloí galuska. Además de los modernos locales como el Café Pesti Est y el Café Vián que se reunen en torno al Liszt Ferenc tér, la ciudad cuenta con una serie de cafés históricos donde evocar las atmósferas de otros siglos, como el Café AngéliKa, en el céntrico Gerbaud, el hermoso New York y el Ruszwum, abierto en 1827.
Otro de sus rasgos de identidad es su red de más de 50 balnearios. Budapest aprovecha sus aguas termales desde tiempos romanos y ofrece tratamientos y baños a precios estupendos. El más conocido es el Géllert, con su piscina de estilo art nouveau, y los balnearios de herencia otomana, instalaciones construidas en el siglo XVI como Király, Rudas y Rác. el más popular es el Széchenyi, en el parque Városliget, con su piscina al aire libre y ambiente familiar.

Acaso por eso no sorprende el aspecto tan diferente que presenta su zona llana, donde late otra personalidad dinámica y cosmopolita en torno al Belváros o corazón histórico de Pest. Atravesada por las grandes avenidas Rákóczi y Andrássy, sus novedosos centros comerciales como el West End City Center y áreas peatonales se alternan con la animación de la calle Váci. Aspectos que conviven con magníficos edificios que recuerdan el esplendor de los Habsburgo, como su Ópera Nacional, el legado de arquitectos famosos como la estación Nyugati -firmada por Eiffel-, construcciones gigantescas como su Gran Sinagoga -la mayor del mundo después de la de Nueva York-, y joyas de estilo secesión, únicas en europa, como la Academia de Música Franz Liszt o la Asociación Nacional de Ciegos. Pero sin duda, más que sus hermosos parques y zonas verdes - como la Isla Margarita o el inmenso Városliget, con su Zoo y su castillo-, o que sus amplias plazas testigos de su historia reciente, como la impresionante Plaza de los Héroes donde se levanta el Monumento del Milenio, lo que más me llama la atención de la capital húngara es su curiosidad por la cultura, la charla y el paseo, lo que le da nota de personalidad curiosa y chispeante, ideal para visitar en cualquier época del año.
Un Museo para cada ocasión.
A través de sus muchos espacios museísticos, Budapest refleja la diversidad de intereses y actividades que la convierten en una le las grandes urbes ilustradas de centroeuropa. Para conocer mejor la historia autóctona, existen espacios imprescindibles como el Museo Nacional, que repasa la histori

Tardes de café y balneario.
Alrededor de 1900, las tertulias en los cafés se convirtieron en autenticos foros de la vida social de acuerdo con una larga tradición que hoy todavía se mantiene. Algunos de estos locales incluso parecen detenidos en el tiempo, llenos de encanto y tentadoras recetas de sabor imperial, como la tarta dobos y los pasteles Eszterházy y Sombloí galuska. Además de los modernos locales como el Café Pesti Est y el Café Vián que se reunen en torno al Liszt Ferenc tér, la ciudad cuenta con una serie de cafés históricos donde evocar las atmósferas de otros siglos, como el Café AngéliKa, en el céntrico Gerbaud, el hermoso New York y el Ruszwum, abierto en 1827.
Otro de sus rasgos de identidad es su red de más de 50 balnearios. Budapest aprovecha sus aguas termales desde tiempos romanos y ofrece tratamientos y baños a precios estupendos. El más conocido es el Géllert, con su piscina de estilo art nouveau, y los balnearios de herencia otomana, instalaciones construidas en el siglo XVI como Király, Rudas y Rác. el más popular es el Széchenyi, en el parque Városliget, con su piscina al aire libre y ambiente familiar.
Las Mejores Pistas.
Dormir: Los servicios de reservas de Tourinform (www.tourinform.hu), la red Nethoteles Hungary (www.nethoteles.hu) y la agencia nacional Ibusz (telf:003613 185 707) buscan estancian en hoteles, apartamentos y casas desde 12 euros la noche. Las cadenas internacionales como Marriot, Radisson SAS y Hilton cuentan con céntricos establecimientos. Otros hoteles de lujo incluyen el nuevo Corinthia Grand Hotel Royal (Erszébet krt, 43) y los hoteles balneario Danubius Grand Hotel Margitsziget (telf: 003614 526 200) y Corinthia Aquincum (Arpad Fejedelem, 94. Telf: 003614 364 700). Un hotel histórico es el Astoria (Kossuth Lajos utca, 19). El NH Budapest y el Four Seasons Palace Gresham son de reciente inauguración.
Comer: Frente a las propuestas modernas como el wine bar Vörös és Fehér ( Andrassy utca, 41), o espacios de cocina de autor como Cyrano (Kristof tér, 7), Budapest cuenta con restaurantes elegantes como el Gundel (Allatkerti utca, 1) y tabernas tradicionales, animadas por música zíngara como Tabáni Kakas (Attila utca, 27) y Khéli Vendegló (Mókus utca, 22) donde prima una cocina sustanciosa a base de volateria, foie de oca y goulash.
Compras: Los artículos y liobros antiguos, el foie, el vino y algo de música folklórica o clásica son detalles representativos y a precios un 20% más baratos que en España. Algunos lugares habituales son el Mercado Central (Fö ván tér), para comprar embutidos, foie y artesanía; la tienda de discos Rözsavölgy Zenemövolt (Szervita tér, 5), la mayor de Europa central; la farmacia Patika (Kossuth Lajos utca, 2/a) de 1879; y mercadillos como Esceri piac (Nagukörösi út, 156) en la ruta del autobus 56.
Transporte: La Budapest Card ( telf: 00361 226 74 77) proporciona una manera rápida de despalzarse de modo ilimitado y visitar másde 60 museos y atracciones con descuentos de hasta el 50%. la podemos comprar en estaciones de metro, agencias de viaje, hoteles y oficinas de turismo.
Comer: Frente a las propuestas modernas como el wine bar Vörös és Fehér ( Andrassy utca, 41), o espacios de cocina de autor como Cyrano (Kristof tér, 7), Budapest cuenta con restaurantes elegantes como el Gundel (Allatkerti utca, 1) y tabernas tradicionales, animadas por música zíngara como Tabáni Kakas (Attila utca, 27) y Khéli Vendegló (Mókus utca, 22) donde prima una cocina sustanciosa a base de volateria, foie de oca y goulash.
Compras: Los artículos y liobros antiguos, el foie, el vino y algo de música folklórica o clásica son detalles representativos y a precios un 20% más baratos que en España. Algunos lugares habituales son el Mercado Central (Fö ván tér), para comprar embutidos, foie y artesanía; la tienda de discos Rözsavölgy Zenemövolt (Szervita tér, 5), la mayor de Europa central; la farmacia Patika (Kossuth Lajos utca, 2/a) de 1879; y mercadillos como Esceri piac (Nagukörösi út, 156) en la ruta del autobus 56.
Transporte: La Budapest Card ( telf: 00361 226 74 77) proporciona una manera rápida de despalzarse de modo ilimitado y visitar másde 60 museos y atracciones con descuentos de hasta el 50%. la podemos comprar en estaciones de metro, agencias de viaje, hoteles y oficinas de turismo.