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sábado, 6 de agosto de 2016

Rio de Janeiro, como nunca antes lo habías visto

El fotógrafo Joe Capra, también conocido como “Scientifantastic”, ha creado un video con “timelapses” de la ciudad brasileña a una resolución mayor de la que una computadora normal puede manejar.



Cada una de las tomas de este video está hecha de imágenes fijas separadas. Es decir: se trata de un video hecho a partir de cientos y cientos de fotografías, de ochenta megapíxeles de peso cada una que, al unirse, dan como resultado un video con una resolución única, semejante a la de cualquier cámara profesional de video de alta resolución.

sábado, 23 de julio de 2016

Islas Medes, refugio de piratas

Apenas veinte hectáreas de superficie, distribuidas aleatoriamente entre varios islotes, asoman entre las aguas del Mediterráneo, frente a las costas de Girona. A simple vista, semejan simples promontorios rocosos desolados, pero, un detallado examen permite descubrir unos extraordinarios valores naturales y una turbulenta historia.


 El pequeño archipiélago de las Islas Medes está compuesto por un total de siete islotes y algún que otro arrecife cuyos perfiles rompen la azul línea del horizonte a una milla escasa de la costa ampurdanesa del macizo del Montgrí. 

No obstante, a pesar de su mínima extensión y su áspero aspecto, las Islas Medes gozan de una historia plena de vicisitudes y, por ellas, han pasado innumerables civilizaciones. Entre ellas, los primeros en ocuparlas fueron navegantes griegos, como demuestran los diferentes restos encontrados y que pertenecen a la misma época que los vestigios hallados en el asentamiento helénico de Roses. Entre los objetos dejados por la civilización helena, destacan ánforas, ruedas de molino manuales, fragmentos de cántaros y cepos de ancla de plomo y piedra, así como de pizarra. Además, los vasos lacrimatorios de barro y vidrio y los huesos humanos encontrados en la Meda Gran, la isla más grande, permiten pensar que el lugar fue utilizado como necrópolis. Y, probablemente, también en la Meda Gran ya se explotaba la cantera de yeso que da nombre a la punta noroeste en esta época.


 La situación estratégica de las islas, próximas a la costa, posibilitaba realizar ataques rápidos a las poblaciones de la costa gerundense garantizando una retirada segura. Por ello, durante la Edad Media, las Islas Medes se convirtieron en el refugio elegido por los piratas que saqueaban, en veloces incursiones, no sólo las masías y los pueblos costeros, sino que también amenazaban el comercio marítimo, especialmente, aquellos barcos que se dirigían hacia el puerto de Barcelona.

“El buceo en las Islas Medes (Medas) es una experiencia inolvidable, es uno de los puntos de buceo más bonitos del mundo, en muchos libros de buceo se recoge este atractivo entorno donde cada buceador puede acercarse de manera fácil y amena a la vida submarina”.

Para intentar impedir y acabar con las andanzas de los corsarios, Martín el Humano ideó la construcción en el archipiélago de una torre de defensa y el establecimiento de un monasterio regentado por los Caballeros del Santo Sepulcro en la punta occidental de la Meda Gran. Sin embargo, el elevado coste de las obras de fortificación se alargaron demasiado en el tiempo, por lo que la citada orden decidió abandonar las islas. El cenobio pasó, entonces, por varias manos, sin conseguir una fundación estable, hasta que, en 1442, los genoveses atacaron el lugar y quemaron las dependencias y la capilla de Sant Miquel. Los edificios quedaron arruinados y terminaron desapareciendo en su totalidad, cuando, en 1552, el mar decidió recuperar, precisamente, el sitio en el cual se levantaban. Aquel pedazo de tierra se hundió, llevándose consigo el legado y los proyectos de el Humano.

 Posteriormente, los conflictos bélicos ocurridos a finales del siglo XVIII devolvieron cierto protagonismo a estas islas. En ellas, las tropas francesas edificaron una fortificación en 1794. Eran épocas revueltas y confusas, con la Revolución Francesa en pleno apogeo, por lo que la fortaleza de las Islas Medes no fue bien vista por sus potenciales enemigos. Por ello, el archipiélago fue invadido con prontitud por la poderosa armada inglesa, cuyos dirigentes convirtieron el fortín galo en un presidio militar. Posteriormente, en el transcurso de la guerra contra Napoleón Bonaparte, fueron ocupadas de nuevo por los franceses, aunque, con el fin de los días del general, volvieron a quedar bajo dominio español, quien, convencido de la estratégica situación y el valor de estas islas, mantuvo, hasta 1890, una guarnición que fue reduciéndose en número paulatinamente.

Anteriormente, en 1866, bajo el reinado de Isabel II, se instaló un faro cuyos restos, degradados por el paso del tiempo, todavía se conservan en pie. Aunque fue sustituido por el actual en 1930, el faro muestra la característica silueta de su torre sobre la vivienda de los antiguos fareros y, en los alrededores, arruinados, los restos dispersos de las antiguas baterías y construcciones militares.

En 1930, el faro fue sustituido por uno nuevo, automático, que, actualmente, funciona con energía solar. Dos años más tarde, en 1932, la Meda Gran fue definitivamente abandonada por el hombre y la naturaleza recuperó su inicial dominio absoluto sobre las islas. Ella ha sido la encargada de convertirlas, en su parte terrestre, en un paraíso ornitológico.

Fondos de coral
La desaparición de las acciones del hombre sobre las Islas Medes han permitido que estos pequeños territorios volvieran a ser conquistadas por las aves, de las cuales, a pesar del reducido espacio, se han contabilizado sesenta especies. Entre ellas, la más numerosa es la gaviota patiamarilla, de la que crían en el archipiélago hasta ocho mil parejas cada año. También nidifica, aunque en mucho menor número, el cormorán moñudo, que, de noviembre a marzo, se ve acompañado por los cormoranes grandes que llegan aquí, desde Escocia y Noruega, para pasar el invierno. Además, durante la noche, las Medes son el refugio elegido por la garza real, la garceta y el martinete, especies que pasan el día pescando en los aiguamolls costeros y regresan a las islas al atardecer.

Pero, aunque la vegetación y, especialmente, la fauna terrestre son dignas de estudio, lo que determina el excepcional valor de las Medes en el Mediterráneo es su medio marino. Casi todo el perímetro en contacto con el agua está formado por una cornisa de algas calcificadas en las que se alojan otros muchos organismos. Y por debajo de ella y hasta una profundidad de veinte metros, viven una gran diversidad de organismos entre los que destacan las gorgonias rojas y blancas.

La riqueza de estos fondos marinos se debe a la confluencia en las Islas Medes de diversos condicionantes. Por un lado, la proximidad de la costa y la desembocadura del río Ter aportan incontables cantidades de materia orgánica. Por otro, la influencia de los vientos y las corrientes del norte favorecen la entrada del agua del fondo, al mismo tiempo que la enriquecen con aportaciones orgánicas que llegan, incluso, desde el río Ródano italiano. Por último, las distintas profundidades del fondo, su variada composición, arenosa o rocosa, y su composición kárstica con grandes cavidades y túneles ha permitido el desarrollo de una gran variedad de ambientes y, por ende, el establecimiento de muy diversas especies asociadas a ellos. En total, se han llegado a identificar 1.345 taxones marinos en los grupos vegetales y animales estudiados.

Pero la variedad de especies se ha visto acompañada de una gran productividad. Así, los diferentes recursos que se encuentran en los ricos fondos marinos que rodean las Islas Medes ha atraído durante muchos años a los pescadores y, especialmente, a los coraleros, quienes han explotado estas costas. Particularmente, estos últimos intensificaron su actividad en toda la costa desde el siglo XVIII, hasta el punto de llegar a poner en serio peligro de desaparición el coral del archipiélago, sobre todo, a partir de la década de los cincuenta, cuando se introdujo el uso de la escafandra autónoma.

Más allá de los veinte metros, se extiende el denominado como nivel coralígeno, por creerse durante mucho tiempo que era aquí donde más abundaba esta especie. Su hábitat son las cuevas submarinas, formadas por las aguas cuando las islas formaban parte del cercano macizo de Montgrí. Por fortuna, hoy, los corales gozan de alta protección en los alrededores de las Medes. Mientras, los fondos arenosos se extienden hacia la costa, facilitando el desarrollo de amplias praderas de posidonias, cuyas hojas muertas son depositadas por las olas sobre la playa en forma de fibrosas bolas.

El valor biológico y natural del singular archipiélago de las Medes, animó la Generalitat de Catalunya a adoptar las primeras medidas de protección en 1983 y en 1985. En ellas, se fijaba una zona vedada de pesca alrededor de las islas, prohibiendo la explotación de otros recursos marinos. Posteriormente, la Ley 19/1990 de la misma Generalitat sobre conservación de la flora y fauna de su fondo marino, el archipiélago se convirtió en el mayor Parque Natural marino de Cataluña y en uno de los más importantes de todo el Mediterráneo.

viernes, 22 de julio de 2016

Las aguas más azules del mundo están en Turquía

Ölüdeniz, en la costa del suroeste mediterráneo de Turquía, tiene aguas más claras que las del Pacífico Sur.


Turquía no es sólo el antiguo esplendor de Bizancio, la encrucijada de Asia y Europa, la puerta del Bósforo o una de las cunas del Cristianismo. Turquía, además, puede precisarse de tener las aguas más claras del mediterráneo y, quizá, del mundo. El color turquesa de las playas del pueblo costero de Ölüdeniz no tiene nada que envidiar a las del Pacífico Sur, Hawaii o el Caribe.
Abrazada por las montañas circundantes, las aguas de la playa de Ölüdeniz son plácidas como pocas, prácticamente sin oleaje, lo que le ganó el apodo de “la laguna azul”
Abrazada por las montañas circundantes, las aguas de la playa de Ölüdeniz son plácidas como pocas, prácticamente sin oleaje, lo que le ganó el apodo de “la laguna azul”. El agua es tan cristalina que, como señala la nota del Huffington Post, quienes navegan en ella parecen estar remando en el aire. Las vistas aéreas son tan únicas que se ha convertido, además, en un destino popular entre los parapentistas del mundo.

Ölüdeniz está sólo a 3 horas, por tierra, de Selçuk, el lugar en el que, según la tradición, se encuentra la casa a la que Juan Evangelista, después de la muerte y Resurrección de Cristo, habría llevado a la Virgen María, huyendo de la persecución.

Pero si el atractivo de la playa le resulta poco (o si no se es amigo del kayaking o del vuelo en parapente) junto a la costa se encuentra el “Valle de las Mariposas”, una zona protegida que es el hogar de 80 especies distintas de mariposas, que se puede visitar, caminando, desde la playa.

Las vistas aéreas son tan únicas que se ha convertido, además, en un destino popular entre los parapentistas del mundo.

Y, por si fuese poco, Ölüdeniz está sólo a 3 horas, por tierra, de Selçuk, el lugar en el que, según la tradición, se encuentra la casa a la que Juan Evangelista, después de la muerte y Resurrección de Cristo, habría llevado a la Virgen María, huyendo de la persecución.


domingo, 17 de julio de 2016

Por Calahorra, Arnedo y Arnedillo

La Rioja, tierra de fronteras en tiempos antiguos, surcada por el Ebro de un lado a otro, tiene mucho más que ofrecer que un vino de excelente calidad. La riqueza cultural, histórica y, porqué no decirlo, gastronómica, son el referente actual de un cada vez más importante turismo de interior.

La Rioja es sinónimo de vinos. Eso lo sabe cualquiera que se interese mínimamente por los caldos de Baco. Sin embargo lo que normalmente se desconoce es que esta tierra, bañada por el Ebro, es la despensa de la verdura en España. Los extensos campos de viña, normalmente cultivada en espaldera (parrales verticales), rivalizan en extensión con los cultivos de alcachofas, espárragos, cardos y puerros, dando al paisaje mil tonos de verde en los que perderse.

Calahorra, La Rioja
Esta particular gira por tierras riojanas comienza y finaliza en Calahorra, la segunda ciudad en importancia de la región y que es ciudad bimilenaria. Bajo una fachada de ciudad moderna se esconde toda la riqueza de dos milenios de historia. Desde un Casco Viejo –no olvidar visitarlo al atardecer—de estrechas y sinuosas calles, hasta la única catedral de la comarca –dicen los calagurritanos que la de Logroño es concatedral—toda la ciudad desprende un aroma a antiguo que invita al viajero a buscar, en calles y plazas, los restos del imperio romano que se asentó en esta tierra hace dos milenios, antes de godos, visigodos y árabes.

El Rollo o Picota, monumento de la Edad Media, daba fe de que Calahorra era ciudad libre y no dependía de ningún señor feudal sino directamente del Rey.

Pudiera parecer que el calagurritano es seco y distante. Nada más lejos. La hospitalidad de estas gentes se nota desde que el viajero se sienta en cualquier esquina a ver pasar la tarde.-Usted no es de por aquí, ¿verdad?
- ¿Ha visitado ya la catedral y la plaza de la verdura?. ¿Qué le pareció el Casco Viejo?—
Esta podría ser la típica conversación en el Paseo del Mercadal, donde los árboles unen sus ramas en lo alto, con una abrazo imposible y definitivo, mientras en el extremo norte, cerca del Parador de Turismo, vegetan los restos del Circo donde se celebraban (algunos siglos antes) los “ludus” romanos. En el otro extremo se encuentra El Rollo o Picota, monumento de la Edad Media que daba fe de que Calahorra era ciudad libre y no dependía de ningún señor feudal sino directamente del Rey.

Después de una opípara comida (o desayuno o cena, que aquí se come mucho a cualquier hora del día), conviene “bajar” los excesos culinarios con un tranquilo paseo. La Plaza de Abastos, El Convento de las Carmelitas y el Palacio Episcopal pueden ser el triángulo perfecto para contemplar en toda su riqueza la antiguamente llamada Calagurris Iulia Nassica, cuna del célebre orador romano Marco Fabio Quintiliano.

Calahorra forma parte también del Camino Jacobeo del Ebro. Los peregrinos del levante español y aún algunos del sur. La diversidad geográfica y el carácter universal de la peregrinación a Santiago de Compostela impide pensar en un único camino. Así, las rutas jacobeas más conocidas eran las que acogían a un mayor número de peregrinos, como es el caso del Camino Francés. No obstante, para llegar a este camino principal, los peregrinos del Mediterráneo consolidaron este camino del Ebro desde Tortosa a Gandesa, Caspe, Zaragoza, Tudela, Alfaro, Calahorra y Logroño. Es la calzada romana que desde hace más de dos mil años ha unido Tarraco con Astorga (Cantabria), un histórico eje de comunicaciones que descubre al caminante tierras y gentes de Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja.
Arnedo, La Rioja

Muy cerca de Calahorra se encuentran Arnedo y Arnedillo, a la orilla del Río Cidacos, afluente del Ebro. A medio camino, las piedras calizas erosionadas de El Picuezo y La Picueza –dicen que amantes convertidos en roca– merecen un breve descanso en el camino, en un pequeño parque de extraordinaria belleza, poco antes de llegar al inicio de una ruta que culmina en el Balneario de Arnedillo. Este camino, especialmente diseñado y rehabilitado para los amantes del mountain-bike, debería tener como premio un baño relajante en las aguas hipertermales del Hotel Spa.

La sensación de miles de burbujas recorriendo el cuerpo del viajero después de hora y media sobre una bicicleta son inenarrables.
Arnedillo, pozas termales naturales, La Rioja
Y bueno, La Rioja es también carne y vinos, sobre todo vinos y bodegas recónditas que vale la pena buscar. En la capital, Logroño, cerca del Caballo de Espartero, infinidad de callejuelas nos acercan a la esencia misma de La Rioja. Es la esencia teñida del rojo oscuro y casi amarillento del buen vino de crianza, del verde de los campos de alcachofas y del marrón de las tierras de espárragos paridos al frío de las heladas, blancos, tiernos y sabrosos.

Ruta por La Rioja. Casalarreina y el Monasterio de La Piedad.

En La Rioja, en la extensa llanura formada por los ríos Oja y Tirón se encuentra Casalarreina, muy antigua localidad perteneciente a la comarca de Haro.


La Ruta por La Rioja que propongo visita la antigua Naharruri o Nafarruri, el nombre con el que aparece mencionada en algunos documentos de los siglos XII y XIII. Hoy, Casalarreina, se ha convertido en un destino destacado para los amantes del turismo cultural y las rutas históricas.

Casalarreina, donde se alza desde hace algo más de cuatrocientos años el espléndido Monasterio de La Piedad, también ofrece uno de los conjuntos urbanos mejor conservados del norte peninsular, reconocido en 1975, cuando fuera declarado conjunto histórico – artístico. En sus calles se suceden importantes muestras de arquitectura civil, como el Palacio de los Condestables, el Palacio de los Pobles, de factura barroca, y el Palacio del Marqués del Puerto. De su importancia histórica, como lugar de paso hacia Miranda de Ebro, Logroño. Burgos y Santo Domingo de la calzada, en los siglos XVI, XVII y XVIII, da buena cuenta el puente de piedra sobre el Oja.

También en cuanto a la arquitectura religiosa, se suma la Iglesia de San Martín, iniciada en 1553, y concluida en el siglo XVIII. Su Presbiterio posee un espléndido retablo mayor rococó, con tallas romanistas de una obra anterior.


El Monasterio de La Piedad

Sin duda, la obra más significativa que conserva el municipio de Casalarriena es su monasterio, de estilo Reyes Católicos, que fuera levantado entre 1514 y 1524. El conjunto está formado por tres dependencias: clausura, claustro e iglesia, rodeadas por un sólido muro de sillería y mampostería, accediéndose a un patio porticado a través de una portada con arquivoltas apuntadas y tímpano con el escudo del fundador, el obispo Juan Fernández de Velasco.

La iglesia consta de una nave de cinco tramos, cabecera trebolizada y capillas entre los contrafuertes. La portada principal, obrada a modo de retablo, se abre en el tercer tramo, se abre en el tercer tramo e incluye en su tímpano una representación de la Piedad. En el prebisterio destaca el retablo mayor clasicista realizado hacia 1621.

El monasterio alberga un retablo plateresco de comienzos del siglo XVI, una cruz relicario de plata dorada del mismo siglo y varios retablos con imaginería también barroca.

El claustro de planta cuadrada, consta de cinco tramos por lado, y se adosa al lado sur de la iglesia configurando dos pisos: el inferior con arcos ojivales y el superior adintelado, con cubierta de madera sobre pilares redondos y cuatro columnas talladas, con las que se inició el claustro.

Ruta por el Oja y el Tirón

Muy cercanas a Casalarreina se encuentran Sajazarra, Cuzcurrita y Tirgo. Todas ellas completan una interesante ruta por su valor arquitectónico, histórico y paisajístico.

Sajarraza, aparece por primera vez mencionada en el Fuero de Miranda de Ebro en 1099 con la denominación de Saja. Entre sus principales construcciones sobresale el Castillo Palacio del siglo XIV, una de las fortalezas más bellas de La Rioja. En su admirable casco antiguo se encuentran edificios como el Ayuntamiento, de tres plantas en sillería; la Casa de los Loma Osorio o la Casa de los Ruiz de Loizaga, caserón barroco situado en plena Plaza Mayor.

Cuzcurrita, también mantiene en perfecto estado el Castillo de los Velasco y su casco urbano con otras edificaciones en piedra de sillería con escudos de armas primorosamente labrados. Igualmente sus alrededores invitan a disfrutar de la naturaleza, con placenteros y frescos paseos por las riberas del Río Turón.

Tirgo aporta a este interesante itinerario su Iglesia del Salvador. Es un edificio románico tardío construido en piedra de sillería a finales del siglo XII. Obra de una sola nave de tres tramos y un prebisterio ambos rectangulares cubiertos por bóveda de cañón apuntado, que destaca por la sencilla armonía de sus proporciones.

Pero estos edificios, son sólo una breve aproximación a las infinitas posibilidades que brindan al viajero las riberas de ambos ríos. Visitas puntuales que se sumaran a otras opciones no mencionadas como su gastronomía, su paisaje o su paisanaje, también sugerentes.

Cómo llegar:

Casalarreina se encuentra en la zona más oriental de La Rioja. Muy próxima a la localidad burgalesa de Miranda de Ebro. Se accede por la carretera A-1 (Madrid – Irún) Entre las localidades de Briviesca y Miranda de Ebro, se encuentra Pancorbo. Desde aquí, tomar la N-232 en dirección a Logroño, y a unos 14 kilómetros se llega a Casalarreina.

Donde dormir:

Hospedería Señorío de Casa La Reina (En Casalarreina) Se encuentra ubicado en la preciosa localidad de Casalarreina, en la comarca de La Rioja Alta. Fue construido en el año 1711 y totalmente renovado en 1999. Presenta un buen estado de conservación. El hotel es un antiguo monasterio dominico de Nuestra Señora de la Piedad, fundado en 1509 por el arzobispo de Calahorra don Juan de Velasco. Por su belleza, en su día fue conocido como “el Aranjuez de La Rioja”. Tel.: (+34) 941 324 730

Hospedería. Señorío de Briñas (En Briñas-Haro). Travesía C/ Real, 3. 26690. 26290 Briñas-Haro. Antiguo Palacete S. XVIII convertido en Hotel de tres estrellas. Restaurado y decorado con especial delicadeza, que con sus pinturas al fresco y sus muebles de época, le confieren un encanto especial donde pasar unos dias de descanso o celebrar pequeñas reuniones de empresa en un ambiente muy especial. Dispone de 11 habitaciones dobles y 3 Suites, además de las salas de estar y de reuniones, el bar y comedor para los desayunos. Tel.-941 30 42 24

La Ilera (En Casalarreina) Casa centenaria de piedra y adobe, recién restaurada, conservando la estructura original. En el corazón de La Rioja Alta, en plena Ruta del Vino (a 6 km. de Haro y 12 km. de Santo Domingo de La Calzada). Tel.: (+34) 686 50 17 10

Donde Comer:

La gastronomía riojana es muy rica. Casi tanto como sus campos. En todos los restaurantes de La Rioja y Logroño abundan las alcachofas y espárragos frescos, preparados en multitud de formas y el cordero, son auténticos manjares. No hay que olvidarse de la típica Menestra de Verduras, a base de habas, alcachofas, guisantes, alubias verdes…

Logroño, capital de La Rioja

El primer asentamiento urbano logroñés se levanta en la margen derecha del río Ebro, siendo su principal arteria el Camino, utilizado por los peregrinos en su viaje a Santiago. El tiempo fue trazando calles anexas que conformaron su casco antiguo.

La eliminación del perímetro amurallado favoreció su expansión y modernización, dando lugar a una renovada ciudad que sigue acogiendo un buen número de visitantes para disfrutar en calma de su cultura, historia y su muy preciada oferta gastronómica.

La capital de la Rioja es hoy una ciudad admirable y rejuvenecida de amplios bulevares y comercios de vanguardia, es el referente comercial del fértil llano que nutre los viñedos y en donde se cultivan verduras de envidiada calidad. El bello entramado de su casco antiguo, se encuentra la catedral, con dos torres gemelas de trazas góticas, la iglesia de Santiago y, junto a ésta, una estatua ecuestre barroca de Santiago Matamoros.


Qué visitar

Casco Antiguo. Durante siglos, la calle Portales ha sido la vía más importante de la ciudad. Casi toda ella está porticada, siendo muy concurrida en invierno. Es el centro comercial y de ocio emblemático de Logroño.

Concatedral de Santa María de la Redonda. Es así considerada desde 1959. Su construcción es de estilo gótico y renacentista, seguramente fue levantada sobre un anterior templo románico. En su interior se guardan interesantes obras como la capilla Ponce de León, Virgen de los ajusticiados, la Crucifixión de Miguel Ángel Buonarroti, las reliquias de San Prudencio, pinturas de José Bejes, entre otras joyas de valor igualmente destacable.

Plaza del Mercado. Durante siglos ha sido la plaza principal de la ciudad, tiene los característicos soportales y en ella confluyen las populares calles de Caballerías, Carnicerías, Mercaderes y Herrerías, nombres que hacen referencia a los antiguos gremios de artesanos y comerciantes.

Iglesia de Santa María de Palacio. En su interior alberga el Retablo Mayor, obra de 1561, en el que se representa la última cena. El edificio sustenta una impresionante aguja gótica que fue linterna y nunca tuvo campanario. También es destacable la estancia de la sacristía y el claustro, hoy convertido en museo.



Iglesia de San Bartolomé. La cabecera del templo es de estilo románico con bóveda de horno, y continúa el edificio en estilo gótico, sin la luminosidad propia del arte ojival. La portada es un excepcional trabajo del siglo XIV, las imágenes representadas van contando la vida de San Bartolomé.

Iglesia de Santiago el Real. Fue construida sobre un templo gótico del que se conserva la cripta; de una sola nave con capillas entre contrafuertes, posee una interesante bóveda y un Retablo Mayor de mediados del XVII, en el que se narran episodios de la vida de Santiago.

Puerta del Camino y cubo del Revillín. Son de los escasos restos que se conservan de la antigua muralla de Logroño

Alrededores, rutas y espacios naturales

La Ruta del Vino. La Rioja Alta aglutina el mayor número y las más afamadas bodegas de vino los alrededores. Siguiendo el curso del Ebro, entre Haro y Logroño, la presencia del vino es una constante, una rica vega en la que se miman las cepas de “tempranillo”. El buen caldo riojano y su excelente gastronomía se complementan con otras alternativas como son las visitas a las localidades de Haro – Cenicero – Fuenmayor – Briones – Navarrete – San Vicente de Sonsierra o Elciego.

La Ruta de la Verdura. Los extensos campos de viña, normalmente cultivada en espaldera (parrales verticales), rivalizan en extensión con los cultivos de alcachofas, espárragos, cardos y puerros, dando al paisaje mil tonos de verde en los que perderse. Esta particular gira por tierras riojanas comienza y finaliza en Calahorra, la segunda ciudad en importancia de la región y que es ciudad bimilenaria.

Camino de Santiago. Logroño – Nájera – Santo Domingo de la Calzada – Grañón. El tramo riojano del Camino de Santiago transcurre entre Logroño y Grañón, cerca ya de tierras de Burgos. A unos 50 km se encuentran alguno de los puntos emblemáticos de la Ruta Jacobea: Nájera y Santo Domingo de la Calzada.

Ruta de los Monasterios. Poniendo como punto de partida a Nájera, se dispersan pequeños y grandes monasterios, todos ellos repletos de historia. Yuso, Suso, Santa María la Real de Nájera, Cañas y Valvanera guardan en sus muros antiguos secretos de una vida llena de avatares y de historia. Viejos legados, fundamentales para comprender la identidad propia y la ajena. Otras rutas por el río Oja y el Tirón nos aproximan a los monasterios de Casalarreina y el monasterio de la Piedad

Valle de Ezcaray. El itinerario discurre por el valle del río Oja hasta las cumbres de la Sierra de la Demanda. La ruta visita interesantes pueblos y aldeas que conservan su arquitectura serrana hasta las inmediaciones de la estación de esquí de Valdezcaray. Santurce – Santurdejo – Tondeluna – Ojacastro – Ezcaray – Zorraquín – Valgañón – Azarrulla.

Por el río Iregua. El valle del Iregua todavía conserva huellas de esta trascendental vía de comunicación, con algunos espacios empedrados y restos de puentes. La primitiva travesía romana del valle del Iregua comunicaba el río Ebro, desde la Vareira romana (actual barrio de Varea) hasta el puerto de Piqueras, con el camino de Numancia, en Soria: Lardero – Alberite – Villamediana de Iregua – Albelda de Iregua – Nalda – Sorzano – Medrano – Daroca – Entrena – Islallana – Viguera – Panzares – Nestares – Torrecilla de Cameros – Almarza de Cameros – Pinillos – Nieva de Cameros – El Rasillo – Ortigosa de Cameros – Villanueva de Cameros – Villoscada de Cameros – Lumbreras – San Andrés de Cameros.

Ruta de los Dinosaurios. Enciso – Arnedillo – Arnedo – Autol – Calahorra. Las cuencas de los ríos Cidacos y Alhama fueron, hace millones de años, un delta fluvial pantanoso habitado por grandes dinosaurios. Las huellas de aquellos gigantes quedaron fosilizadas sobre el barro y hoy se puede seguir su rastro en los yacimientos próximos a Enciso, Cornago o Munilla.

Sierra Cebollera. Es el primer espacio natural protegido de La Rioja, se encuentra en la Comarca de Cameros, a unos 50 km al sur de Logroño. Sobresale por la diversidad botánica y faunística; de grandes masas forestales y con las mayores representaciones de relieve glaciar del Sistema Ibérico.

Gastronomía


Tierra de buen comer y buen beber, los restaurantes de Logroño y La Rioja, en general, ofrecen selecciones que son escaparates de una huerta extraordinaria, donde se alternan los pimientos asados, espárragos, ajos tiernos, cogollitos acompañados con queso y anchoas, revueltos de setas y embutidos. Tampoco faltan los pescados y las carnes de las sierras cameras. Los excelentes caldos riojanos hacen buena compañía a las chuletas al sarmiento, al cabritillo asado, a las patatas con chorizo, al cabrito o a las manitas de cerdo.

Fiestas

Fiestas de la vendimia riojana y San Mateo (21 de septiembre). Las fiestas de San Mateo son el resultado del extraño mestizaje entre la época medieval y la cosecha del vino. Tiene sus orígenes en la celebración que se hacía en honor a la villa de Logroño en el siglo XII. La ciudad en su categoría de villa tenía el privilegio de celebrar aquí una feria anual. De este modo se convirtió en una sede importante de comercio. Dichas ferias fueron adquiriendo mayor relevancia y aumentaron en frecuencia. Durante la celebración de estas ferias iba ganando importancia el carácter festivo y divertido de ellas. Es así como el vino, fruto de la tierra riojana se introduce en los mercados medievales de la villa logroñesa. La Feria más importante tenía lugar el día de Acción de Gracias, en septiembre. Los riojanos agradecían la cosecha recogida. La feria fue fijada para la tercera semana de septiembre coincidiendo con el día 21, San Mateo, santo que había sido recaudador de impuestos y convertido en patrón de los mercaderes. Estas fiestas representan también el punto de partida de la vendimia. Hoy en día, las fiestas de San Mateo y de la Vendimia son las más multitudinarias de La Rioja. En estos días los riojanos ofrecen los frutos de la cosecha y el primer mosto a su patrona, la Virgen de Valvanera y celebran el inicio de la vendimia pidiendo a la Virgen que el resultado de ésta sea excelente.

San Bernabé (11 de junio). Los orígenes de la invasión francesa de 1521 hay que buscarlos en el descontento de la población navarra por su incorporación a la corona de Castilla, situación que no gusta tampoco a la corona francesa, disgusto que va en aumento con la llegada al trono de Carlos I. La Revuelta Comunera en Castilla propicia una acción militar francesa para, una vez debilitado el poder real por la guerra civil, incrementar su influencia y apoyar nuevamente la independencia del reino de Navarra. Estos acontecimientos se rememoran anualmente en la festividad de San Bernabé (11 de junio) que, a través de una serie de rituales, siguen manteniendo vivo en la memoria un acontecimiento que se sitúa entre el mito y la realidad: como la particular procesión en la que el alcalde voltea la bandera en los lugares donde se encontraban las puertas de la ciudad, las salvas de los cañones o el reparto del pan, el vino y el pez en esta misma puerta del Revellín, construida en el siglo XVI para conmemorar la victoria. La tradición sostiene que el vino guardado en las bodegas, el pan elaborado con el trigo de los graneros y los peces, que furtivamente se pescaban en el río a través de corredores subterráneos que horadaban la muralla, fueron los alimentos que permitieron la subsistencia de los logroñeses. Así, el vino es, a la vez, sostén y símbolo de defensa de la ciudad. Escenas de las Rutas Teatralizadas en las que se rememoran de forma divertida estos hechos.

Cómo llegar
La Rioja se encuentra en el Norte de España y limita con las provincias de Álava, Navarra, Burgos y Soria. Las comunicaciones tanto con estas provincias como con el resto son muy buenas. Un aeropuerto a tan sólo 14 km de Logroño, una red ferroviaria que acompaña el discurrir del río Ebro a lo largo de toda La Rioja, la autopista A-68 que comunica rápidamente con otras Comunidades y una extensa red de carreteras que facilitan la conexión tanto con los pueblos del interior como con los pueblos limítrofes.

Oficina de Turismo de Logroño
Calle Portales, 50. (Edificio Escuelas Trevijano)
26071 Logroño (La Rioja)
Tel: 941 273 353

Ruta por los monasterios de La Rioja

Un manto verde cubre a La Rioja, salpicada por cientos de viñedos que proporcionan excelentes caldos. Aquí, poniendo como punto de partida a Nájera, se dispersan pequeños y grandes monasterios, todos ellos repletos de historia.

Los monasterios de la Rioja, Yuso, Suso, Santa María la Real de Nájera, Cañas y Valvanera guardan en sus muros antiguos secretos de una vida llena de avatares y de historia. Viejos legados, fundamentales para comprender la identidad propia y la ajena.

Camino de Santiago, primeras décadas del año 1.000. Sancho III El Mayor, el rey más grande de los soberanos navarro-najerenses, hace que la ruta hacia Santiago pase por Nájera, en lugar de por Alava, como se hacía hasta el momento. Y es que esta localidad por cuyas venas corre el rumor del río Najerilla es capital histórica de La Rioja. Del año 918 al 1076 fue Corte para convertirse más tarde en panteón de los Reyes de Navarra-Nájera, antes de su incorporación a Castilla. Pero si las aguas del Najerilla guardan secretos, también los muros de Santa María la Real han visto pasar el tiempo y, a cada paso, en cada mirada, sus dependencias regalan alguna que otra confidencia.


Cuentan los ecos de estos muros que García el de Nájera fundó aquí un monasterio para consagrar la ciudad como capital del reino de Navarra, en lugar de Pamplona. Yendo un día de caza, su halcón se introdujo en una cueva persiguiendo a una paloma. Allí, descubrió la imagen de la Virgen con una terraza de lirios a sus pies, iluminada con una lámpara. A su lado, acurrucada, la paloma. La aparición le incitó a construir una iglesia y a fundar la orden de Caballería de la Terraza, la más antigua de España.
Monasterio de San Millán de la Cogolla
Aunque en principio el monasterio fue ocupado por los clérigos de la regla de San Isidoro, cuando Alfonso VI incorpora Nájera a Castilla, se lo entrega a los benedictinos de Cluny. Su esplendor arquitectónico se deja admirar en el claustro de los Caballeros una verdadera delicia y una de las instantáneas más típicas de La Rioja. Y, de igual modo, hay que detenerse en el sepulcro romántico de Doña Blanca de Navarra, del siglo XIII. Igual que en gran parte de los monasterios españoles, la Desamortización provocó el expolio y la decadencia del cenobio, hasta 1895 que es habitado por franciscanos. Desde entonces, diversas restauraciones han permitido recuperar una gran parte de lo quemado, pero no de lo robado.
Monaterio de Yuso

La magia de las palabras envuelve tanto a Suso o de Arriba como al monasterio de Yuso o de Abajo
Nájera, a 27 kilómetros de Logroño, es el punto de partida de una ruta cargada de tesoros recogidos en sí mismos al calor de pequeños y grandes monasterios. Una vez admirado el monasterio najerense y sus calles, el camino conduce hasta Cañas. Antes se encuentra Azofra, donde muy cerca se halla el Campo de Valtierra, punto de encuentro entre Fernán González y Sancho de Navarra, como cuenta el Poema de Fernán González. Desde aquí la visita conduce al pueblo de Cañas, que acoge El Real Monasterio de Santa María del Salvador de Cañas. Una construcción cisterciense conocida también como el Claraval de La Rioja. En un hermoso paisaje, Cañas también se enorgullece de ser cuna de Santo Domingo de Sios y de haber tenido como abadesa a doña Urraca. La sala capitular acoge actualmente un museo. Destaca en la iglesia sus catorce ventanales, en doble piso, unidos por pequeñas columnas que bien se asemejan a unas cañas, tal vez para evocar el nombre del lugar.
Monasterio de Valvanera

Pero si hay una localidad monástica por excelencia, esa es San Millán de la Cogolla. Allí, cierto día del año 977, en el monasterio de Suso, un monje anónimo se atrevió a interpretar un texto latino y pasarlo a la lengua que él y sus vecinos usaban, “osando” a escribir esas palabras por primera vez. En las glosas también aparecen las primeras palabras en vasco. La magia de las palabras envuelve tanto a Suso o de Arriba como al monasterio de Yuso o de Abajo. El primero fue un antiguo cenobio visigótico y se cree que es el más antiguo de España. Sencillo y austero, es un verdadero reencuentro con nuestra identidad. Igual que visitar Yuso, considerado como El Escorial de La Rioja, que cuenta con uno de los archivos más importantes de España en lo que a historia medieval se refiere. Ambos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1997.

Olleros
La última de las piezas-clave de este itinerario se sitúa a 14 kilómetros de Anguiano, lugar conocido por sus espectaculares danzantes. El Monasterio de Valvanera, en las estribaciones de la sierra de San Lorenzo, es punto de peregrinación obligada para los riojanos, pues en él se alberga su patrona. Aún se desconoce el origen de la imagen, de la que cuentan es una de las más antiguas de España. Diferentes estudiosos la sitúan en torno al siglo XI.
Si se quiere completar la ruta Casalarreina, San Asensio, Arnedo, Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, deberán ser paradas obligadas en el recorrido.

Riqueza histórica y cultural acompañada en todo momento por ríos, montañas y valles repletos de verdes mantos, salpicados de cientos de viñedos que proporcionan excelentes y deliciosos caldos

viernes, 15 de julio de 2016

El Camino de Santiago por el túnel de San Adrián

Además del conocido Camino de Santiago Francés, otros itinerarios igualmente concluían en el pórtico de La Gloria. Entre ellos el Camino de la Costa que atravesaba las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya.

Las constantes luchas que se sucedían en la cornisa cantábrica, provocaron que los peregrinos exploraran otras rutas alternativas más seguras, optando así, por la conocida como ruta alavesa.

Ya, anteriormente, otros caminantes habían elegido este itinerario utilizando la ruta comercial romana que, a través del túnel de San Adrián unía las plazas de Burdeos y Astorga.

¿Qué mejor para el peregrino que tener información de otras rutas igualmente atractivas y menos pisoteadas que el Camino Francés o el Camino de la Costa? Un aliciente más lo constituye el hecho de que este camino atraviesa la ciudad de Vitoria-Gasteiz, que reúne un buen número de manifestaciones jacobeas, por lo que el camino ofrece también, por un tramo, un no menos interesante paseo urbano.

Sin duda, la curiosidad y el espíritu aventurero del peregrino, trazarán algunas modificaciones y variantes a esta ruta principal.

Hasta el túnel (7 km.) 

La ruta se adentra en España por Irún, atravesando la provincia de Guipúzcoa hasta llegar al conocido Túnel de San Adrián, punto de partida de nuestro recorrido jacobeo por terreno alavés. En Guipúzcoa se pasa por las localidades de Oiartzun, Astigarraga, Hernani, Andoain, Villabona, Tolosa, Alegia, Ordizia, Besain, Segura y Zegama. Todavía en Guipúzcoa, partimos de Zegama hasta la ermita del Santo Espíritu, antiguo hospital templario. Se continúa por una calzada de piedra que asciende hasta el túnel de San Adrián. Se accede por un arco de piedra y en su interior puede contemplarse una antigua ermita. Los cincuenta metros de oquedad era comparado por algunos peregrinos como la boca del infierno, debido a su oscuridad. Este tramo tiene un fuerte desnivel y la mayor parte del camino se avanza por pistas y sendas. La entrada al túnel se encuentra a una altura de 1.000 metros, entre los montes de Aitzgorri y Aratz.


Salvatierra.San Adrián-Salvatierra (15 km.)

Al salir del túnel, continuando por la calzada, ya se divisan las primeras indicaciones del camino. Son postes metálicos que nos acompañarán por todo el recorrido jacobeo alavés. En sentido descendente, siguiendo la calzada nos adentramos en el término de Zumarraundi, donde se toma la carretera que no llevará hasta Zalduondo. Antes, por una pista que sale por la izquierda se encuentra la ermita de San Julián y Santa Basilia, de factura prerrománica. Interesantes visitas en Zalduondo: Iglesia de San Saturnino de Toulouse (siglo XVI), Palacio de los Lazarraga (siglo XVI), Palacio de Andoin-Luziriaga (siglo XVII).

Tras el paseo por esta localidad, el camino sigue sigue su marcha pasando ante la ermita de San Millán y llegando a Ordoñana y, desde aquí, ya por carretera se alcanza la localidad de Salvatierra-Agurain.

 El Burgo. Alegría-Dulantzi (15 kilómetros)

Nada más llegar a Salvatierra-Agurain nos encontramos con el antiguo Hospital de San Lázaro y la Magdalena. Algunos peregrinos evitaban entrar en esta localidad, por lo que dirigían sus pasos por el exterior de la muralla, y tras pasar ante la Cruz de Ventaberri y la Cruz de Arricruz llegaban hasta Gaceo.

No obstante, en Salvatierra son de merecida mención la iglesia de Santa María, la de San Juan, así como la plazas de San Juan, el Ayuntamiento y las murallas.

Una pista, entre cultivos, acaba uniendo esta última localidad con Gaceo, en donde se encuentra la iglesia de San Martín de Tours, con interesantes pinturas góticas.

 El siguiente punto de referencia será Ezquerecocha, recogida aldea que muestra su iglesia en honor a San Román, y en cuyo interior se encuentra un retablo renacentista con alusiones Santiaguistas.

A partir de aquí el camino asciende hasta el Alto de Txintxetru, luego sigue paralelo a la vía del tren. Este tramo se realiza por una calzada romana hasta el el paso de la carretera que conduce a Alegría-Dulantzi, y después al despoblado de Ayala, donde nos encontramos con el Santuario de Nuestra Señora de Ayala, edificio del siglo XIII.

En Alegría-Dulantzi se encuentran la iglesia de San Blas y el Convento de Santa Clara.

Dulanzti-Vitoria (15 km.)

Desde Nuestra Señora de Ayala, por la mencionada calzada, conocida como el Camino de los Romanos, cruzamos Arrarain, Elburgo/Burgelo, con su iglesia de San Pedro, hasta llegar a el Monasterio de Nuestra Señora de Estíbaliz, lugar religioso desde 1074, de indiscutible valor histórico y artístico, que muestra elementos románicos y posteriores complementos del gótico. Destaca, en su interior, la imagen de Nuestra Señora de Estíbaliz, del siglo XII.

 Dejando el monasterio, el itinerario desciende hasta Villafranca y luego toma rumbo a Argandoña, con su románica iglesia de Santa Columba, y antes de alcanzar la capital alavesa, nos saluda Venta de Ascarza y Arcaya, este último punto es puerta de entrada al recorrido urbano por las distintas manifestaciones jacobeas que aloja Vitoria-Gasteiz.
Esquematizando el recorrido, entramos en la ciudad por Arcaya, donde destacan sus ruinas romanas, para tomar la Avenida de Santiago, hasta la Plaza del Hospital. Continuamos por las calles de Francia, San Ildefonso, Cantón de Santa Ana, Fray Zacarías Martínez, Cantón de la Soledad y calle Diputación; este tramo es el más céntrico del recorrido. Dejando el casco antiguo de Vitoria-Gasteiz, buscamos la salida, para continuar rumbo a Santiago, por el Paseo de la Florida, el Paseo de la Senda y, finalmente, la calle Francisco de Vitoria.

Este recorrido urbano del Camino de Santiago Alavés, bien merece una visita de una jornada para poder visitar, cuanto menos, el Hospital de Santiago, la iglesia de del Cristo de San Ildefonso, la iglesia de Santiago, la Catedral de Santa María. El palacio de Montehermoso, la iglesia de San Pedro, la de San Miguel, el Palacio de Villasuso y la Catedral Nueva.

Vitoria-La Puebla de Argazón (18-19 km.)

Saliendo de Vitoria por el Paseo de la Senda se alcanza Armentía, donde se encuentra la Basílica de San Prudencio, que fuera sede episcopal en tiempos del dominio musulman y posteriormente centro espiritual de Alava durante la Edad Media. Desde Armentía, se vuelve al camino por el barrio de San Prudencio y, luego, tras recorrer algo menos de un kilómetro por la carretera N-I, se llega a Gomecha. Aquí, junto a su iglesia de la Transfiguración, se toma una pista que llega hasta la localidad de Subijana de Alava, donde destaca su iglesia en honor a San Esteban, del siglo XVI, y la casa señorial de los Anda-Salazar. Las marcas que nos van indicando el rumbo hacia Santiago vuelve a tomar la N-I, camino de La Puebla de Arganzón y Tuyo, final de de este tramo.

En La Puebla de Arganzón merece la pena hacer un alto para admirar la iglesia de la Asunción, de factura gótica de finales del siglo XV, el hospital de San Juan Bautista y la ermita de Nuestra Señora de la Antigua.

Salimos de La Puebla de Arganzón con destino a Burgueta, siguiendo las huellas de la calzada romana. Entrando en Burgueta por su Calle Mayor nos encontramos con la iglesia de San Martín, que luce una bella portada románica del XIII.

  Más adelante: El Mojón y, tras una fuerte pendiente: Estavillo, con su iglesia de San Martín, gótica del siglo XV.

En otro tiempo, desde aquí, los peregrinos tomaban rumbo a Santo Domingo de la Calzada, por lo que la siguiente localidad con la que se encontraran los peregrinos de hoy es Zambrana, atravesada por su Calle Mayor, continuación de la ruta que nos acercará a Salinillas de Buradón. El camino hace su incursión por la puerta norte de su centro amurallado hasta salir por la puerta sur. Entre tanto, nos vamos encontrando con el Hospital de Santa Ana, la Torre de los Sarmiento y Ayalas y la iglesia de la Concepción, obra del siglo XVI.

Salinillas de Buradón despide aquí a viajero, que continúa su periplo por tierras riojanas con la ilusión de postrarse, por fin, ante capilla del Santo. 

La ruta del Rey Favila y el oso

Aquí vivió el primer oso que pasó a la historia de Asturias y de España, el que mató al Rey Favila, el hijo de Don Pelayo, en el año 739. Hito histórico que dio origen al dicho: “Espabila Favila, que viene el oso”. 

 Seguiremos las huellas de Favila y del oso regicida visitando algunos monumentos de aquella Corte primitiva, el lugar del magnicidio, el sepulcro de Favila, el de su esposa Froiliuba, y el de sus padres (Don Pelayo y Doña Gaudiosa);  veremos esculpida en piedra la escena del mortal abrazo entre Favila y el oso, veremos también un oso tallado en madera a tamaño natural y, por último, auténticos osos vivos descendientes del oso de Favila.




Así es un oso

Aquí, en Asturias ya había osos hace 200 siglos y esos osos eran genéticamente iguales a los que hoy sobreviven en unas zonas muy concretas de la Cordillera Cantábrica. En cambio, en otras partes de Europa los osos paleolíticos sí evolucionaron, convirtiéndose en los que hoy día pueden verse en Italia o en los Balcanes. Como lo demuestran los  fósiles de osos de toda Europa  entre ellos los de cuatro ejemplares que aparecieron en la cueva de La Paloma (Las Regueras - Asturias).

 Un oso macho adulto puede llegar a pesar más de 200 kilos y medir hasta 2 metros contando desde el hocico hasta la raíz de su corta cola. Llegan a vivir hasta 30 años. Tienen una apariencia compacta y torpe pero son muy ágiles y rápidos. El oso es un noctámbulo empedernido.

En Asturias el oso era considerado una alimaña y como tal se cazaba. En 1952 se prohibió su caza por un periodo de 5 años; después se autorizaron cacerías controladas hasta que se volvió a prohibir definitivamente en 1966.  

Hubo famosos y legendarios cazadores de osos en Asturias algunos de los cuales siguieron la misma suerte de Favila, fueron muertos por un oso: como Manuel Alvarez, de Urrutia, o José Díaz “el Valiente”…pero el mas famoso cazador fue sin duda Juan Díaz Faes, “Xuanón de Cabañaquinta” (1821 -1894), un gigante que mató 92 osos, algunos de ellos a cuchillo.

 “El Camín de Pelayo”

En Las Rozas, pueblo con hermosos hórreos, tomamos el “Camín de Pelayo”  (senda peatonal que llega hasta Covadonga) y vamos por la margen derecha del río Sella hasta el Monasterio de San Pedro de Villanueva (2 km).

El recorrido comienza al lado de la antiquísima Capilla de San Bartolomé (siglo XII), románica, que fue una antigua malatería o leprosería vinculada al Hospital de Peregrinos de Cangas de Onís.

Puede hacerse caminando o en bici de montaña y transcurre entre la vegetación de ribera pasando por algunos de los mejores pozo

Monasterio de San Pedro de Villanueva


Se edificó en el lugar donde estaba el palacio del rey Fruela y en la iglesia de tres naves estuvieron enterrados con sus esposas los reyes Fruela y Alfonso I. Este monasterio perteneció desde su fundación a la orden benedictina que lo dejó cuando fue clausurado en 1835, en la Desamortización de Mendizábal.

El monasterio, de estilo románico, fue declarado Monumento Nacional en 1907 y actualmente ha sido convertido en Parador Nacional.

Aquí contemplaremos el primer oso: un oso esculpido en piedra en los capiteles de la puerta sur de la Iglesia;  la escena reproduce lo que se interpreta como la despedida del rey Favila de su esposa Froiliuba, cuando sale de cacería en la que resultó muerto por el oso.

Sumamente curiosos son los canecillos eróticos bajo el alero, fiel exponente del llamado románico erótico (siglos XII y XIII) que solamente se encuentra en ciertos lugares de Cantabria, Asturias y Palencia. No es que sea el Kama Sutra, pero teniendo en cuenta la fecha, la cosa tiene su mérito.

Al lado tenemos un fósil vivo : un tejo (Taxus baccata) centenario, al que se le calculan cuatro siglos. El tejo tiene en Asturias un simbolismo especial; se planta al lado de muchas iglesias y cementerios y bajo él era costumbre celebrar las reuniones vecinales (conceyu abiertu).

 Capilla de Santa Cruz

Continuando por el Camín de Pelayo llegamos a la capilla erigida durante el breve reinado de Favila (del 737 al 739) para alojar la cruz de roble que había sido el signo de  Don Pelayo tras la batalla de Covadonga y que Alfonso III, revistiéndola de oro y pedrería, convirtió en la  Cruz de la  Victoria, escudo de Asturias, actualmente en  la Cámara  Santa de la  Catedral de Oviedo. Esta capilla fue el primer templo cristiano levantado después de la invasión musulmana. Se levanta sobre un dolmen que se calcula entre 5000 y 3000  a. C. en un montículo que ya se consideraba sagrado en época anterior al cristianismo.

Fue totalmente reformada en 1632, destruida en 1936 durante la  Guerra Civil y reconstruida en la posguerra por Luís Menéndez Pidal. Según la leyenda y la opinión del Conde de la  Vega del Sella, el Rey Favila fue enterrado por su esposa Froiliuba al lado del dolmen.

 Puente romano

Cerca de la  Capilla de Santa Cruz se encuentra el llamado Puente Romano, “el puentón”, símbolo de la  Ciudad de Cangas de Onís, primera capital de España, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931. Su construcción data del Bajo Medievo (Siglos XIV – XV), pero por su estilo y por encontrarse en el paso de una antigua calzada romana no es de extrañar que se le llame así. Subiremos a lo mas alto, al vértice del arco central, que con sus 21 metros de altura y otros tantos de anchura salva todo el cauce del Sella. Desde allí, mirando hacia el norte, veremos el monte de Llueves, el territorio del oso regicida del siglo VIII.

Desde 2004 el Ateneo Republicano Asturiano realiza una peregrinación a este lugar coincidiendo con el aniversario de la boda de los Príncipes de Asturias  (17 de mayo) para rendir culto al “oso regicida, el primer republicano español” que “bien pudo ser el impulsor de una República”.

Llueves

Subimos al lugar de la tragedia. En este lugar, en la  Peña de  la  Covacha, con los Picos de Europa al fondo y el valle del Sella a sus pies, murió el rey Favila entre las garras de un oso, en el transcurso de una cacería, en el año 739. Sobre la roca caliza hay grabada una Cruz de la  Victoria con una inscripción que reza "Un oso mató aquí al Rey Favila. Año 739".

 La mala señalización es también algo tradicional. Ya en 1857, en una visita de los Duques de Montpensier, estaba la  Cruz de la  Victoria tan poco visible que el Duque mandó esculpir una nueva a sus expensas.  

Todo comienza meses antes con una carta al Delegado de Gobierno en la que los republicanos asturianos solicitan su derecho de reunión para "una marcha pacífica y sin armas". Los asistentes deben llevar un gorro frigio en la cabeza para descubrirse respetuosamente cuando llegue el oso regicida, representado por un peluche, al tiempo que lanzan un sonoro “¡VIVA LA REPÚBLICA”.

Covadonga

El entorno, y particularmente la cueva con su cascada, bien podría haber sido un refugio de osos antes de convertirse en Santo Lugar. Comenzamos el recorrido por la  Basílica, inaugurada en 1901,  al lado de la cual está una impresionante estatua en bronce de Don Pelayo realizada en 1964 por el escultor Eduardo Zaragoza. Antes de entrar en la Cueva pasamos por el Hotel Pelayo, donde hay unos enormes cuadros de los Reyes Asturianos y un oso tallado en madera, afortunadamente sujeto con una cadena. Recorremos la  Cueva hasta llegar al altar de la  Virgen de Covadonga. La imagen está tallada en madera de roble y mide solamente 71 cm; por algo la llamamos la   Santina. En la roca, a la derecha, están los sepulcros de Don Pelayo, su esposa Gaudiosa y el rey Alfonso I el Católico.

A continuación bajamos las escaleras al lado de la cascada para seguir el río por la pista peatonal hasta el Campo de la  Jura donde los astures coronaron rey a Don Pelayo. Allí está un obelisco levantado por los Duques de Montpensier en 1857, coronado por una réplica de la  Cruz de la  Victoria. El lugar se conoce como «El Repelao» (de Rey Pelayo)

Parque de la Naturaleza  La Grandera

La guinda final a esta ruta de exploración tras las huellas del Rey Favila y el oso es la observación de osos pardos asturianos en estado de semilibertad y en su hábitat natural. Esto lo conseguimos en La Grandera donde, además de osos, podemos admirar la fauna autóctona mas representativa incluyendo algunas especies en vías de extinción: lobos, nutrias, zorros, caballos asturcones, urogallos, águilas, buitres y gran variedad de peces, anfibios y reptiles.