Cuevas prehistóricas, vestigios romanos, abadías, así como numerosos castillos y pueblos típicos, caracterizan los alrededores de los ríos Lesse y Molignée. Sin embargo, son las orillas del Mosa las que concentran las mayores riquezas del antiguo condado. El castillo de Freÿr, la colegiata de Dinant o los Jardines de Annevoie son algunas de las preciosidades que adornan el camino hacia la capital de Valonia, Namur, que muestra orgullosa, entre otros encantos, su ciudadela.
Namur
Namur, la capital de la región, es una ciudad muy dinámica y atractiva. Ubicada en la confluencia de los ríos Sambre y Mosa, se puede descubrir a través de un agradable recorrido por agua. Las callejuelas del casco antiguo, bordeadas de antiguas fachadas, invitan al paseo y a la visita de numerosos
museos y monumentos. La ciudadela, que domina la ciudad desde lo alto de una imponente roca, recuerda a quienes recorran sus bastiones y subterráneos el papel estratégico y militar de Namur a lo largo de los siglos. La ciudadela se extiende sobre una superficie de 8 ha. de verdor, y ofrece unas magníficas vistas sobre el río Mosa. En ella además de su valor histórico, destacan atracciones como el tren turístico, los museos y el perfumero Guy Delforge.
www.citadelle.namur.be
La iglesia barroca de Saint-Loup, forma parte del covento de los jesuitas, erigida entre 1621 y 1645, es un magnífico ejemplo de arquitectura religiosa del siglo XVII. Su interior sorprende por la magnificencia de su decoración, con predominio de mármoles y motivos vegetales. Una obra maestra del estilo barroco en Bélgica que dos siglos más tarde fascinaría a Boudelaire.
La Catedral de Saint-Aubain, construida a principios del del siglo XIII, su frontón curvado de piedra caliza muestra una combinación equilibrada entre severidad clásica y tendencias de voluptuosidad barroca. El interior es elegante y luminoso gracias, sobre todo, a la cúpula del crucero. El tesoro de la Catedral es el Museo Diocesano, rico en objetos de orfebrería, con un relicario merovingio del siglo VII.
El Museo Provincial de Arte Antiguo, se ubica en un palacete del siglo XVIII rehabilitado en el XIX, este museo ofrece colecciones de la Edad Media y del Renacimiento. Alberga unas magníficas esculturas de piedra y madera, pinturas de temática religiosa y también obras que ilustran las artes del metal, la vidriería, la cristalería y el bordado.
El Castillo de Celles-Vêves del siglo VIII es un magnífico ejemplo del arte militar y una huella viviente de los siglos pasados. Situado en una cresta rocosa, consta de cinco esplendidas to
rres y una galería con un entramado que data del siglo XVI.
Las ruinas de Montaigle en Falaën, este castillo se yergue sobre un peñón rocoso que estubo ocupado por una pequeña guarnición militar a finales de la época romana. La mayoría de los vestigios de la fortaleza medieval datan del siglo XV, abandonadp por Carlos V, entonces en gierra con Enrique I,I rey de Francia. Montaigle fué incendiado por las tropas de este último. El sitio acoge un museo arqueológico.
Castillo y Jardines de Annevoie, todo el encanto y el refinamiento del siglo XVIII te esperan en este suntuoso espacio verde. Annevoie, el jardin acuatico más hermoso de Europa, te ofrece un paseo de ensueño entre juegos aciuáticos, cuadros luminosos y rincones llenos de sensualidad.
Castillo de Spontin, sitiado en varias ocasiones, y a veces fuertemente dañado, el castillo de Spontin siempre ha resurgido siempre de sus cenizas. En los siglos XIV y XV se convirtió en alcázar clásico de la Edad Media, el más antiguo de Bélgica que haya estado siempre habitado.
Castillo y Jardines de Freÿr sur Meuse en Hastiere, evocan a Versalles, en un marco grandioso a orillas del río Mosa. Según un tratado histórico de 1675, aquí se habría degustado la primera taza de café. Destacan sus grandes jardines clásicos con narajos tricentenarios, así como los invernaderos más antiguos del país.

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La iglesia barroca de Saint-Loup, forma parte del covento de los jesuitas, erigida entre 1621 y 1645, es un magnífico ejemplo de arquitectura religiosa del siglo XVII. Su interior sorprende por la magnificencia de su decoración, con predominio de mármoles y motivos vegetales. Una obra maestra del estilo barroco en Bélgica que dos siglos más tarde fascinaría a Boudelaire.
La Catedral de Saint-Aubain, construida a principios del del siglo XIII, su frontón curvado de piedra caliza muestra una combinación equilibrada entre severidad clásica y tendencias de voluptuosidad barroca. El interior es elegante y luminoso gracias, sobre todo, a la cúpula del crucero. El tesoro de la Catedral es el Museo Diocesano, rico en objetos de orfebrería, con un relicario merovingio del siglo VII.
El Museo Provincial de Arte Antiguo, se ubica en un palacete del siglo XVIII rehabilitado en el XIX, este museo ofrece colecciones de la Edad Media y del Renacimiento. Alberga unas magníficas esculturas de piedra y madera, pinturas de temática religiosa y también obras que ilustran las artes del metal, la vidriería, la cristalería y el bordado.
El Castillo de Celles-Vêves del siglo VIII es un magnífico ejemplo del arte militar y una huella viviente de los siglos pasados. Situado en una cresta rocosa, consta de cinco esplendidas to

Las ruinas de Montaigle en Falaën, este castillo se yergue sobre un peñón rocoso que estubo ocupado por una pequeña guarnición militar a finales de la época romana. La mayoría de los vestigios de la fortaleza medieval datan del siglo XV, abandonadp por Carlos V, entonces en gierra con Enrique I,I rey de Francia. Montaigle fué incendiado por las tropas de este último. El sitio acoge un museo arqueológico.
Castillo y Jardines de Annevoie, todo el encanto y el refinamiento del siglo XVIII te esperan en este suntuoso espacio verde. Annevoie, el jardin acuatico más hermoso de Europa, te ofrece un paseo de ensueño entre juegos aciuáticos, cuadros luminosos y rincones llenos de sensualidad.
Castillo de Spontin, sitiado en varias ocasiones, y a veces fuertemente dañado, el castillo de Spontin siempre ha resurgido siempre de sus cenizas. En los siglos XIV y XV se convirtió en alcázar clásico de la Edad Media, el más antiguo de Bélgica que haya estado siempre habitado.
Castillo y Jardines de Freÿr sur Meuse en Hastiere, evocan a Versalles, en un marco grandioso a orillas del río Mosa. Según un tratado histórico de 1675, aquí se habría degustado la primera taza de café. Destacan sus grandes jardines clásicos con narajos tricentenarios, así como los invernaderos más antiguos del país.
Dinant
Dinant se extiende entre un acantilado y río, y realmente merece su apodo de hija del Mosa. Ciudad natal de Adolphe Sax, inventor del saxofón, se encuentra empotrada entre el M
osa y los peñascos, lo que le confiere un caracter pintoresco. En el pasado solo se podia acceder a Dinant por barco, ya que por un lado de la ciudad el famoso peñón Bayard inclinado sobre el agua, bloqueaba completamente la orilla y por el otro lado había una leproseria.
Los valles que la rodean ofrecen majestuosos castillos y abadías, eclécticos museos, cervecerías artesanales y varias cuevas en medio de una naturaleza impactante. De la zona, además de las cervezas locales no se puede de jar de probar las couques de Dinant, que son el orgullo de sus habitantes.
La ciudadela de Dinant, edificada en 1501 por el Principe-Obispo de Lieja, domina la ciudad y ofrece magníficas vistas al rio Mosa. En el corazón de las murallas, figuras de tamaño natural dan vida al pasado europeo y belga.
Museo de la cerveza Leffe, este museo presenta los origenes de dicha cerveza, asi como su historia. También nos explicara los lazos que unen la cerveza Leffe y la Abadía de Notre-Dame situada justo frente al museo.
Colegiata de Dinant, anteriormente hubo una iglesia románica, que quedó destruida por el desprendimiento del acantilado en 1227 y fué reedificada poco despues. Las bóvedas fueron reconstruidas después del paso de Carlos el Temerario. El curioso campanario en hlbo data de 1566. La inmensa vidriera es una de las más altas de Europa.
Cueva de Dinant la Merveilleuse, esta cueva ofrece la ventaja de mostrarse tal como la naturaleza la ha formado. La gran sala presenta una multitud de estalactitas y cascadas de una blancura y una elegancia pasmosas. Este paseo por las entrañas de la tierra te maravillara.

Los valles que la rodean ofrecen majestuosos castillos y abadías, eclécticos museos, cervecerías artesanales y varias cuevas en medio de una naturaleza impactante. De la zona, además de las cervezas locales no se puede de jar de probar las couques de Dinant, que son el orgullo de sus habitantes.
La ciudadela de Dinant, edificada en 1501 por el Principe-Obispo de Lieja, domina la ciudad y ofrece magníficas vistas al rio Mosa. En el corazón de las murallas, figuras de tamaño natural dan vida al pasado europeo y belga.
Museo de la cerveza Leffe, este museo presenta los origenes de dicha cerveza, asi como su historia. También nos explicara los lazos que unen la cerveza Leffe y la Abadía de Notre-Dame situada justo frente al museo.
Colegiata de Dinant, anteriormente hubo una iglesia románica, que quedó destruida por el desprendimiento del acantilado en 1227 y fué reedificada poco despues. Las bóvedas fueron reconstruidas después del paso de Carlos el Temerario. El curioso campanario en hlbo data de 1566. La inmensa vidriera es una de las más altas de Europa.
Cueva de Dinant la Merveilleuse, esta cueva ofrece la ventaja de mostrarse tal como la naturaleza la ha formado. La gran sala presenta una multitud de estalactitas y cascadas de una blancura y una elegancia pasmosas. Este paseo por las entrañas de la tierra te maravillara.
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