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miércoles, 29 de junio de 2016

El Portugal "Gótico"

El Monasterio de los Jerónimos

Alberga las tumbas de dos de los grandes poetas de la lengua portuguesa: Camoes y Pessoa 

Además de por los célebres pasteles de nata, Belém, en Lisboa, es conocida por ser la casa del que quizá sea el más famoso monumento de estilo Manuelino del país, el Monasterio de los Jerónimos, la cumbre del llamado “gótico tardío” portugués.

El Monasterio de los Jerónimos (una antigua Orden que se rige por la Regla de San Agustín, aunque inspirados por San Jerónimo) es también el lugar en el que descansan eternamente algunos de los más famosos personajes históricos y literarios del país
Antes de la construcción del monasterio, en el lugar se encontraba una pequeña ermita fundada por Enrique el Navegante, la llamada Ermida Do Restelo (también conocida como Santa María de Belém, según algunas fuentes), en donde Vasco Da Gama y su tripulación pasaron la noche antes de partir a India.

Al volver de su viaje a salvo, el rey Manuel I de Portugal mandó al arquitecto Juan de Castillo construir el monasterio, para conmemorar el triunfal regreso de Da Gama. Hoy, el monasterio está considerado como patrimonio de la humanidad.
El Monasterio de los Jerónimos es un brillante ejemplo del estilo Manuelino, también conocido como gótico portugués

El Monasterio de los Jerónimos (una antigua Orden que se rige por la Regla de San Agustín, aunque inspirados por San Jerónimo) es también el lugar en el que descansan eternamente algunos de los más famosos personajes históricos y literarios del país.

Obviamente, aquí se encuentra la exquisita tumba del navegante portugués Vasco de Gama (1460-1524) un impresionante homenaje al primer europeo en llegar a India por vía marítima en 1497.

La estructura del monasterio es rica en elementos propios del gótico tardío.

Cerca de la de Da Gama, se encuentra la tumba del famoso poeta Luis de Camões (1527-1580), considerado el “Shakespeare portugués”, y conocido por Os Lusíadas, un poema de inspiración homérica a propósito de la exploración  marítima portuguesa, no exenta de cierto toque fantástico. Tiene todo el sentido del mundo que sus restos descansen junto a los de Da Gama.
En el monasterio, además, se aprecian asomos de algunos que otros elementos decorativos que parecen predecir el arribo del barroco europeo

Pero, además, en el mismo monasterio se encuentra la tumba del más grande de los poetas portugueses de la era moderna, Fernando Pessoa (1888-1935).

Nacido en Lisboa, su ciudad natal lo reverencia sin ambages: su estatua, junto al café que el escritor frecuentaba, es uno de los destinos más turísticos más populares del distrito de Chiado.
El monasterio es conocido por ser la cumbre del gótico tardío portugués.

Varios miembros de la casa real de Aviz, que gobernó Portugal hasta 1580, están también enterrados en la catedral del monasterio: los reyes Manuel I (1469-1521), Juan III (1502-1557), y Sebastião (1557-1578), las reinas María de Aragón (1482-1517), esposa de Manuel I y la reina Catalina de Austria (1507-1578), esposa de Juan III.
Varios miembros de la casa real de Aviz, que gobernó Portugal hasta 1580, están también enterrados en la Catedral del Monasterio: los reyes Manuel I (1469-1521), Juan III (1502-1557), y Sebastião (1557-1578), las reinas María de Aragón (1482-1517), esposa de Manuel I y la reina Catalina de Austria (1507-1578), esposa de Juan III.

En términos de arquitectura, el Monasterio de los Jerónimos es un brillante ejemplo del estilo “Manuelino”, también conocido como “gótico portugués”, rico en elementos propios del gótico tardío, y con algunos que otros que parecen predecir el arribo del barroco europeo.

martes, 28 de junio de 2016

Malta, la perla medieval del Mediterráneo

La Valeta


Malta, la pequeña isla mediterránea que había pasado desapercibida durante décadas, eclipsada por otros destinos europeos más populares, ha renacido en los últimos años como el lugar ideal para las escapadas universitarias y las vacaciones de sol y playa. Sin embargo, la isla es mucho más y el rodaje de algunas escenas de la archifamosa serie Juego de Tronos ha supuesto un nuevo impulso para revalorizar su notable patrimonio histórico y arquitectónico. ¿Hacemos las maletas?

Más allá de una parada habitual para los cruceros que surcan el Mediterráneo, la pequeña isla de Malta, esconde muchos secretos que sorprenden y encandilan al visitante. Éstas son algunas de las cosas que no podemos perdernos si decidimos viajar a este país insular de la Unión Europea:
Jardines de Barrakka

 La Valeta: 
Es la capital de Malta y la ciudad más importante de la isla. Se trata de una bella población caracterizada por su arquitectura, ya que muchos de sus edificios históricos datan del siglo XVI y fueron construidos durante la época de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de Malta. Esta especial disposición arquitectónica le valió en el año 1980 la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO a su ciudad antigua, una de la áreas históricas más densas del mundo. Tanto es así que, un área de 55 hectáreas, se agrupan un total de 320 monumentos. Entre éstos, los más notables son la Catedral de San Juan (que anteriormente fue la Iglesia de los Caballeros), famosa por albergar en su interior la obra de Caravaggio, La decapitación de San Juan Bautista y las fortificaciones construidas por los caballeros para proteger a la ciudad de los ataques otomanos. Mención a parte merecen el antiguo Palacio del Gran Maestre (actualmente sede del Parlamento del país) y el Museo Nacional de Bellas Artes, entre otros. Tampoco podemos dejar de visitar sus iglesias, ya que la ciudad reúne 25 templos en sus confines. Sus callejuelas empinadas y sus rincones hacen que pasear por La Valeta resulte una experiencia encantadora en cualquier época del año.

Sanglea
Las Tres Ciudades: 
Desde los Jardines Altos de Barrakka, en La Valeta, se pueden contemplar tres poblaciones amuralladas: Cospicua, Senglea y Vittoriosa. Las tres pueden visitarse en un día realizando una encantadora ruta. Así, partiendo de la capital maltesa, la primera ciudad que encontramos es Senglea. En esta localidad no podemos perdernos un paseo por la calle principal, la calle Settembru, hasta llegar al final donde se encuentra el Forti San Mikel. Esta fortificación fue construida entre 1551 y 1565 y cuenta con magnificas vistas. Des de aquí el viajero podrá contemplar unas maravillosas panorámicas de la Valletta y Vittoriosa. Precisamente, Vittoriosa es la segunda población que encontraremos después de dejar Senglea. Se trata de una localidad
de gran belleza, para muchos, una de las más bellas del Mediterráeno, gracias a sus callejuelas y sus portales adornados con flores. No podemos irnos sin visitar el Forti Sant’ Anlgu y el Palacio del Gran Inquisidor (construido en 1530), así como sin acercarnos al  Forti Rikazoli. Un impresionante fuerte, que ha sido el escenario de numerosas películas como Gladiator o Troya. Para acabar nuestra ruta por las tres ciudades, haremos una parada en Cospicua, la última de las tres en ser construida y famosa por sus bastiones, construidos por los caballeros hospitalarios.

Casas cueva en la isla de Gonzo
Isla de Gonzo: 
La isla de Gonzo, situada en el archipiélago de Malta, es un destino turístico mucho más tranquilo. Famosa por sus playas y por la belleza de sus paisajes, Gonzo merece una excursión, especialmente para los amantes de las actividades náuticas, el buceo y las rutas por la naturaleza. También para aquellos que deseen tumbarse y disfrutar de largas jornadas de sol y playa. Su capital, Victoria (anteriormente Rabat), es también un buen destino y nos permite disfrutar de atractivos como la Ciudadela medieval. Sin embargo, si se va a visitar Gozo, una de las mayores atracciones de la isla es la visita a la Blue Window, una espectacular ventana natural en medio del mar. Esta maravillosa obra de la naturaleza ha sido creada durante miles de años mediante la erosión del agua y el viento. Tampoco podemos irnos sin una visita  a la zona de las Salinas de Piedra de Marsalforn (creadas para proporcionar sal a la isla de Gonzo) y Xlendy, el pequeño pueblo de pescadores, situado en la bahía del mismo nombre. 

Torre Santa Maria en la isla de Comino
Isla de Comino: 
La isla de Comino no es habitable, pero supone un magnífico destino para los amantes de las playas de aguas cristalinas. Puede llegarse a ella en barco desde Malta y desde Gonzo y supone una de las últimas playas prácticamente vírgenes del Mediterráneo. Su más famoso paisaje es el conocido como Blue Lagoon, una hermosa playa de aguas transparentes y cristalinas.

Mdina: 
La ciudad de Mdina, situada en el centro-oeste de Malta, se ha popularizado como La ciudad del Silencio, y está considerada por muchos como una de las ciudades más hermosas de Malta por sus calles medievales y sus preciosas vistas desde la muralla. La mayoría de sus edificios son de arquitectura barroca y destacan también sus  pequeños palacios privados y sus tiendas de artesanía típica. No podemos perdernos, asimismo, su catedral.

sábado, 25 de junio de 2016

Samarcanda, la joya eterna

Solamente pronunciar su nombre se nos llena la boca, Samarcanda evoca a exotismo, aventura, historia, amor, espiritualidad,..  Decenas de siglos han moldeado como un alfarero el encanto ancestral de esta capital del mundo antiguo.

Fue una de las paradas más importantes de la legendaria ruta de la seda, mezclando culturas de oriente y occidente construyendo una Torre de Babel comercial.  Ha sido invadida en innumerables ocasiones por conquistadores que se han rendido a su belleza, como Alejandro Magno que declaró: “Todo lo que había oído de la belleza de Samarcanda es cierto, salvo que es todavía más hermosa de lo que me podía imaginar”. 

Actualmente, con 412.000 habitantes, Samarcanda es la segunda ciudad más importante de Uzbekistán. El comercio y el turismo son sus principales actividades económicas, sabedores del tesoro que tienen, y la seguridad en el país está más que . Hasta cierto punto asfixiante debido al régimen político que sufren los Uzbekos. La divisa en curso legal es el som (2.419 soms equivalen a 1 euro), la baja cotización de la moneda juntamente a que el billete de más valor es el de 1.000 soms, hace que sea muy recomendable llevar una mochila para transportar los fajos de billetes que nos darán con el cambio. Y sí, llevar una mochila llena de fajos de billetes es chocante, os sentiréis como un gánster después de hacer un cobro.

Mercado de Siab

Para empezar a impregnarnos de los miles de años de historia de esta ciudad nos dirigimos al Mercado de Siab. Situado en la calle Bibikhonim, a pocos metros de la inmensa mezquita de Bibi Khanum, el mercado de Siab es el principal bazar de la ciudad y donde viviremos en primera persona el milenario comercio  maracandés. Prendas de vestir de todas las partes del país, hortalizas frescas, todo tipo de carnes, frutos secos, especias, dulces, lácteos y por supuesto también souvenirs para el turista. 

El regateo es obligatorio en Samarcanda y en este mercado más aún. Es posible que veamos mucha diferencia en el precio que pagan los nativos y nosotros, es normal por eso tenemos que tener habilidad al regatear y poder sacar el mejor precio. Cuidado que es adictivo y nos podemos pasar la tarde discutiendo y regateando como los antiguos caravaneros sin darnos cuenta. Por los alrededores del mercado podremos probar la cocina uzbeka,  el plato más característico es el plov. Hecho a base de arroz, carne, verdura y hortalizas seria la versión uzbeka de nuestra paella. También podremos ver tenderetes donde nos ofrecerán non, que es la torta de pan tradicional, acompañada con carne, verduras o lácteos.

Mezquita Bibi Khanum

Cuenta la leyenda que el poderosísimo conquistador mongol Tamerlán salió en una de sus muchas batallas para ampliar su imperio, en su ausencia su esposa Bibi Khanum decidió construirle un templo en homenaje a él. El arquitecto encargado de la obra se enamoró profundamente de la reina y sólo accedería a terminar el templo si ella le daba un beso. La reina aceptó pero la pasión del beso desembocó en un pequeño mordisco en la boca de la reina. Al regresar a Samarcanda el sanguinario conquistador se percató de la herida y traición de su esposa y la lanzó desde la cima de una de las ingentes cúpulas turquesa de la mezquita. El arquitecto murió poco antes de la llegada de Tamerlán y la mezquita se conoció con el nombre de la fallecida reina, Bibi Khanum o “reina de las mujeres”.

Esta triste historia de amor a tres bandas nos sirve de marco para contemplar y visitar esta mastodóntica mezquita. Con unos portales de 35 metros de altura el inicio de la visita ya es espectacular. Repleta de preciosos mosaicos arabescos e inscripciones la mezquita es un arcoíris de colores, típico ejemplo de la arquitectura que encontraremos por Samarcanda. Sufrió un terremoto en 1897 y quedó bastante deteriorada, gracias a procesos de restauración que todavía se están llevando a cabo la mezquita está recuperando gran parte de la majestuosidad que irradiaba 125 años atrás.



Plaza de Registán

El lugar más emblemático y centro neurálgico de la ciudad de Samarcanda es la Plaza de Registán. En ella se juntan tres madrazas o centros de estudio incomparables en belleza. 
La Madraza de Ulugh Beg, nieto de Tamerlán, fue uno de los centros de estudio astronómico  más importantes del siglo XV. Una imponente portalada o pishtaq arrebozada de preciosos mosaicos arabescos da la bienvenida al viajero, vigilado de cerca por los cuatro minaretes que encuadran a la madraza. En las estancias interiores encontraremos un patio, dependencias de estudio, una mezquita y habitaciones para los estudiantes.

Construida en 1636 por el regente Yalangtush Bakhodur, la Madraza de Sher Dor es la mezquita irreverente de Samarcanda. Unos feroces tigres decoran el pishtaq de la madraza incumpliendo una de las leyes del Islam de no representar seres vivos. Y bendita irreverencia por lo preciosos de los mosaicos, uno de los atractivos más cautivadores y bonitos de la ciudad.

La tercera madraza que encontraremos en la plaza Registán es Tilya Kori también construida durante el mandato de Yalangtush Bakhodur. El significado del nombre del templo es “cubierta de oro” y comprobaremos  en su salón principal el porqué del nombre ya qué el dorado es omnipresente en la decoración de la sala. Las líneas, como en sus dos hermanas, son simples y rectas y es allí donde radica la belleza de la arquitectura timur. La simplicidad de sus líneas, las grandes proporciones y las recargadísimas decoraciones basadas en mosaicos es un cambio brusco a los gustos occidentales.


La ciudad de los muertos de Shah-i-Zinda


Esta necrópolis se empezó a construir alrededor del siglo VII donde según se cuenta Qusam ibn Abbas, primo del profeta Mahoma, fue decapitado mientras rezaba con las manos abiertas. La cabeza de Abbas fue recogida por sus manos y se dirigió caminando a un pozo cercano donde se dice que aún vive. Alrededor de esta leyenda se construyó esta ciudad de grandiosos mausoleos donde descansan reyes y familiares de la dinastía timúrida.

La necrópolis alberga a más de una veintena de mausoleos de típica 
arquitectura timúrida y está situada encima de las ruinas de la más que antigua ciudad de Sogdiana. Samarcanda es un enclave que tendría que estar subrayado en los mapas de los viajeros amantes de las culturas antiguas. La ciudad tiene diseminados multitud de edificios timúridas para dar testimonio del peso que tuvo durante siglos como puerta de entrada de occidente a oriente.  

Webs oficiales

http://www.uzbekembassy.es/
http://www.uzbektourism.uz/en/

viernes, 24 de junio de 2016

Katmandú, Valle de los Dioses

Katmandú

Antiguamente en el valle donde actualmente se encuentra Katmandú existía un lago, un precioso lago con un bello loto blanco coronando sus aguas. La leyenda nos relata que el Bodhisattva, o iluminado que declina entrar en el nirvana para salvar a otros seres, Manjushri vió el lago como un lugar idóneo como centro de peregrinación budista. Usando una espada divina partió el lago por la mitad drenándolo y dando lugar así al Valle de Katmandú. 

Formado por varias ciudades como Patan, Bhaktapur o Katmandú, el valle es uno de los lugares más importantes de Nepal y en donde diferentes culturas y religiones, como la budista o hinduista, arraigaron con fuerza y se establecieron, originando la peculiar mescolanza de arquitectura hindú y budista. Numerosos reyes han querido dejar su impronta en el valle construyendo templos y pagodas sumando más de 130 monumentos en la zona. 

Katmandú, o tierra de dioses entre montañas, está protegido por la cordillera más alta del mundo, el Himalaya. Este privilegiado paraje le dota de una fauna y flora espectaculares. Desde tigres, osos, leopardos o elefantes pasando por una gran variedad de aves, cocodrilos y hasta delfines! La riqueza del Valle de Katmandú abarca muchas caras i facetas, como iremos desgranando en esta ruta.

Hanuman Dhoka

El Hanuman Dhoka es un grupo palaciego ubicado en la Plaza Durbar de Katmandú. Este complejo data de los siglos XV a XVIII y sirvió de morada para las dinastías Shah y Malla. La plaza debe su nombre al dios mono Hanuman, el cual podremos ver representado en una estatua con la cara tapada y pintada de rojo en la entrada de la plaza. Otro de los protectores es Narasimha, deidad mitad león mitad humano, que también veremos representado en una espectacular escultura matando un demonio. Principio bastante prometedor de lo que encontraremos dentro de la plaza. 

Ya dentro del recinto hay una gran cantidad interesantes templos o edificios para visitar. El Nasal Chowk es un patio dedicado a la danza de Shiva y que esconde una pequeña estatua del dios entre de sus paredes. El templo Taleju, dedicado a la deidad del mismo nombre, es el edificio más alto del complejo. Este templo es sagrado para los hinduistas y la entrada no está permitida a no devotos. Otro lugar curioso para visitar en Hanuman Dhoka es el palacio de Jagannath, decorado con esculturas y relieves de temática erótica. Una de las efigies más aterradoras que veremos en Hanuman es el Kala Bhairav, la representación terrorífica y aniquiladora del dios Shiva que encontraremos en la entrada de su templo.

Un rito que llama especialmente la atención es el que se le rinde a la diosa Kumari. Esposa de Shiva, se cree que esta deidad se reencarna en una niña cada varios años. La niña es vestida y tratada como la mismísima diosa acabando su reencarnación con la llegada de la pubertad. Este rito se lleva a cabo en el templo de Kumari Ghar. El día 15 de septiembre se celebra la festividad de Kumari cuando la diosa reencarnada hace una procesión por las calles de Katmandú dirigiéndose hacia el Rey de Nepal que le hará la ofrenda de una moneda en señal de prosperidad. Asistiendo a esta ceremonia es muy probable que nos sintamos como un turista nórdico contemplando la semana santa sevillana. Impactados, cautivados y más espirituales.


Swoyambhunath
A pocos kilómetros de la capital, encaramada a la cima de un monte, esta la estupa de Swoyambhunath. También conocida como “el Templo de los Monos” por los simpáticos habitantes que alberga el templo. Compuesta por una enorme base blanca en forma de loto blanco coronada por una cúpula dorada. En la base de la cúpula se dibujan dos inquietantes ojos con el símbolo de la unidad en el centro, son los ojos de Buda que todo lo ve. Alrededor del complejo de Swoyambhunath podremos ver varios restaurantes y comercios, lugar apropiado para tomar un tentempié acompañado de un té o un charg, cerveza típica nepalí.


Boudhanath

El contrapunto a Swoyambhunath es la estupa de Boudhanath. La más grande de Nepal con 36 metros de altura y de los lugares más sagrados del budismo nepalí. Con los ojos de Buda tatuados en la piedra, la estupa tiene las famosas y coloridas guirnaldas voleando a su alrededor y hasta 50 monasterios que se fueron construyendo posteriormente debido a su fuerte reclamo espiritual. Podremos ver a los monjes deambulando y murmurando alrededor de la estupa con sus ruedas de oraciones, una imagen que habremos visto mil veces en películas y que allí podremos vivir.

Pashupatinath

El Pashupatinath o templo de Shiva, es el recinto más sagrado del hinduismo nepalí. Situado en la ribera del rio Bagmati, la entrada está prohibida a los no hindúes, por lo tanto nos tendremos que contentar con observar el edificio desde fuera del templo; plagado de estatuas y representaciones de deidades hindúes.

Otro de los atractivos principales de Katmandú son sus festividades cargadas de simbología religiosa. Todos los meses se celebran importantes festividades en Katmandú y todo Nepal en general, por lo tanto es muy recomendable organizar el viaje teniendo en cuenta las festividades que se celebrarán. 

Una de las más importantes que se dan entre finales de septiembre y finales de octubre es el Dasain, una festividad que se prolonga durante 15 días y se conmemora la victoria de la diosa Durga sobre el demonio Mahishasura. Representaciones de la batalla, sacrificios de animales, danzas y mucho colorido veremos en estas fiestas. En marzo se celebra el Fagu Purnima o más conocido en otros países como Holi. El Holi es una festividad muy colorida y animada donde los niños y no tan niños se lanzan polvos colorantes o globos de agua con colorante para conmemorar la muerte de la demonio Joliká. Sobretodo recordad de no vestiros con vuestras mejores galas porqué es más que probable que acabéis con más colores en la ropa que el arco iris.
Festival de Indra

En la capital nepalí el viajero podrá encontrar una sociedad que vive una espiritualidad muy arraigada, con unas tradiciones y festivales que sorprenderán al visitante occidental. Descubriremos una cultura muy característica, riquísima de mitos y leyendas con el marco tan brutalmente fascinador como la cordillera del Himalaya.

jueves, 23 de junio de 2016

Bután, el legendario Shangri-la

“Imaginad un paraíso terrenal en lo alto de las montañas donde hombres y mujeres viven en un espectacular escenario donde nunca envejecen”. Así describía James Hilton en su libro “Horizontes Perdidos” el país utópico y olvidado en el Himalaya de Shangri-la. Muchos han visto a Bután en las descripciones del libro y no es de extrañar porqué si un país cumple a la perfección estos dos adjetivos es donde rugen los dragones, Bután.

Encaramado en la parte oriental de la cordillera del Himalaya, Bután mira con la arrogancia que da su majestuosa belleza, cultura y parajes a sus países vecinos (India y China). Bután es un paraíso natural salpicado por Dzongs, o templos, que decoran los empinados riscos del Himalaya como miniaturas colocadas en una estantería de piedra.

El nombre del país viene de la leyenda que los truenos que retumban entre los valles Butaneses son los rugidos de los dragones que sobrevuelan las montañas, así uno de los significados de Bután es “tierra de la gente del dragón”.

Thimphu

La capital del país, con una población que roza los 100.000 habitantes, se eleva a unos 2.600 metros de altura y es donde podremos visitar algunos de los monasterios más bellos de Bután.

Las obras arquitectónicas de Thimphu, y de Bután en general, son mayormente monasterios de típica arquitectura butanesa. Uno de los más reseñables es el Dzong Tashichhoe (o fortaleza de la religión gloriosa) donde en otoño se celebra el festival Tsechu. En este festival cultural y religioso se danzan bailes típicos del país con los bailarines ataviados con trajes populares y máscaras representativas de demonios y seres mitológicos. 

Otro lugar de obligada visita es la Biblioteca Nacional de Bután. Este recinto típicamente butanés, alberga los escritos más importantes y antiguos que narran la historia y religión del país. Como curiosidad encontraremos el libro más grande del mundo, “Bután: Una odisea visual a través del último reino del Himalaya”, la colosal obra de 60 kg y unas páginas que miden 5x7 metros posee fotografías y textos de los paisajes y gentes del país.

El Simtokha Dzong es el templo más antiguo del estilo butanés, actualmente se utiliza como edificio gubernamental de preservación de la lengua. En Thimphu la mayoría de grandes edificios del gobierno o públicos son antiguos monasterios convirtiéndose en un atractivo turístico importante.

Phuntsholing

O “Puerta de Bután”, es la entrada al país por la frontera Hindú. Dada su situación convergen diferentes culturas como la butanesa, hindú y nepalí. Es una ciudad que ha evolucionado mucho económicamente durante las últimas décadas debido a su localización geográfica y evolución de su comercio.

En Phuntsholing podemos visitar los  8 Chotrens, que son pequeñas estructuras conmemorativas donde los nativos se desplazan para rezar. Cerca de los Chotrens encontraremos el imponente monasterio de Kharbandi.

Valle del Paro


En el valle del Paro tendremos el placer de poder visitar el Taktsang o “Madriguera del Tigre”. Este monasterio formado por 4 templos y se erige para proteger y conmemorar las cuevas donde llegó el gurú Padmasambhava para difundir el budismo. Taktsang es un monumento construido por el hombre y por la naturaleza, el solitario y precioso monasterio se encuentra recostado en un sobresaliente del vertical peñasco donde el arte humano y natural se dan la mano.

Bután es un país muy celoso de su cultura, religión o naturaleza. Por esta razón es posible que tengamos que esperar en la frontera para poder acceder al país. Paseando por sus calles puedes intuir la voluntad de modernización que impacta con la tradicionalidad del país. Esta dualidad es también uno de sus atractivos por la cual Bután se mantiene en una burbuja donde el tiempo se detiene, de aquí quizá las frases que escribió Hilton, “(...) donde hombres y mujeres viven en un espectacular escenario donde nunca envejecen”.

Koh Samui

En Tailandia, concretamente dentro de la provincia de Swat Thani flotando en el Golfo de Tailandia encontramos la paradisíaca isla de Koh Samui. Esta idílica isla, con la capital en Na hon, es un pedazo de paraíso que aún conserva su alma más salvaje y tradicional cuando nos alejamos de los complejos turísticos. 

La isla no alcanza los 20 kilómetros de punta a punta y conserva  paisajes de montes y jungla en el interior de la isla. Perfecto reflejo de la transformación que ha sufrido la isla las últimas décadas con la irrupción del turismo de pulsera, aunque aún podemos encontrar playas salvajes si buscamos por los rincones de la pequeña isla.

Wat Phra Yai

Quizá el lugar más simbólico y conocido de la isla es el palacio de Buda o Wat Phra Yai en lengua autóctona. La espectacular escalera del dragón, con representaciones de las bestias mitológicas que te escoltarán por toda las ascensión, te llevará hasta los pies de la majestuosa y sobrecogedora estatua. La estatua resta sentada en posición de mara bendiciendo a los viajeros con una inquietante sonrisa en sus labios. 
Alrededor del templo encontraremos múltiples tenderetes  para poder comprar  recuerdos, amuletos o símbolos. Si es posible es recomendable visitar el palacio durante la festividad de año nuevo Songkran o el Loy Katrong, una festividad donde se fabrican pequeñas balsas de un palmo de largo con velas e incienso que los tailandeses lanzan al río como símbolo de superación de antiguos rencores. 

Khunaram Wat

Este peculiar templo enseña al viajero una impactante visión que el credo budista tiene sobre la muerte. Los budistas interpretan la muerte como una etapa más de la vida, sin tabúes ni dramatismos y con la reencarnación en el horizonte. Dentro  del templo Khunaram encontraremos el cadáver momificado de Luong Pordaeng, un monje budista que murió en 1973. El cuerpo del monje resta incorrupto, esperando a los turistas con el gracioso detalle de llevar unas gafas de sol, con objetivo de cubrir las cuencas oculares vacías y apartando el morbo.


Samui Aquarium & Tiger Zoo

Koh Samui no sólo ofrece playas idílicas con arenas de un blanco reluciente y mares de profundo azul turquesa, la naturaleza que habita la isla es de una variedad y belleza difícilmente comparables.

El Samui Aquarium & Tiger Zoo es un recinto zoológico con un acuario que alberga una gran cantidad de especies tropicales entre las que podremos encontrar tiburones, tiburones leopardo, tortugas, diablos de mar y un largo etcétera de especies con llamativos colores y sorprendentes formas. 
En la zona de animales terrestres fieros tigres de Bengala y leopardos nos estarán esperando, acompañados de aves como loros, guacamayos o albatros. 

Snake Farm

En los países asiáticos la serpiente es un animal que despierta respeto y admiración. A diferencia de las connotaciones bíblicas de las sociedades occidentales, la serpiente es considerada sagrada en muchos pueblos asiáticos. Si nos sentimos fascinados por estos ofidios, tan letales como sobrecogedores, en la bahía de Phangka está la Snake Farm, un zoológico especializado en serpientes y otros animales venenosos como escorpiones o ciempiés. 

Las especies que podremos contemplar son enormes pitones de hasta 10 metros de envergadura, cobras reales de más de 6 metros de tamaño, siendo la serpiente venenosa más grande del mundo. Otros reptiles que encontraremos son cocodrilos, algunos de ellos con más de 100 años de edad. Y finalmente también veremos mangostas, este pequeño mamífero es el enemigo natural más peligroso de las cobras reales debido a su inmunidad hacia el veneno del reptil. 

Ladyboy Cabaret

Los Katoei o tercer sexo están muy aceptados por el grueso de la sociedad Tailandesa y lo han adoptado como una forma más de  espectáculo o atractivo turístico. Los shows de cabaret de Ladyboys son muy famosos en la isla, coreografiando y cantando famosos éxitos de la música internacional los Ladyboys encandilan a su audiencia con dosis de humor y desparpajo. Los locales más famosos son el Moulin Rouge Cabaret y el Stanz Cabaret que están en Chaweng Beach donde presenciaremos karaokes hilarantes que puede evocar a las tonadilleras travestis que podemos encontrar en España. 

Con apenas 15 kilómetros de distancia de punta a punta de la isla, esta pequeña joya del golfo de Tailandia esconde una gran cantidad de atractivos relacionados con la espiritualidad y la naturaleza. Un edén perdido que descubrir

miércoles, 22 de junio de 2016

Danubio en bicicleta

El Danubio nace en la ciudad alemana de Donaueschingen, atravesando en su recorrido de oeste a este, bellos parajes de la Selva Negra y diversos pueblos y ciudades majestuosas, hasta llegar a Passau, frontera austriaca y final de la primera ruta del Danubio que os presentaremos hoy.

A las orillas del rio transcurre una ruta ciclista muy bien señalizada y de gran atracción. Apta para todas las edades, será fácil encontrarnos a familias y personas de edad avanzada pedaleando a nuestro lado. Aunque el recorrido es descendente, nos encontraremos algunas veces con algunas pequeñas subidas que quizás nos cuesten un poco más; de todas formas no es necesaria preparación física especial para realizar esta ruta, y siempre dispondremos de la posibilidad de saltarnos algunas etapas y realizar el recorrido del día en tren si estamos muy cansados.

Neuburg
Etapa 1: de Donaueschingen a Beuron
Salimos de la fuente del Danubio, que nos indica el inicio de nuestro trayecto. Tras dejar la ciudad de Donaueschingen, pronto nos encontraremos cruzando el pueblo de Pfohren, y tras él, a nuestra izquierda, veremos levantarse el Wartenberg, uno de los volcanes extintos de la región, sobre el cual se levantan las ruinas de un castillo con el mismo nombre. Unos 21 kilómetros después de ver el castillo estaremos entrando en la ciudad de Tuttlingen, reconstruida en 1803 tras ser arrasada por un catastrófico incendio que provocó que tan sólo una pequeña parte de sus construcciones medievales pudiese mantenerse hasta nuestros días. Nos espera ahora el pedaleo más largo del día, 25 kilómetros hasta llegar a la archiabadía de Beuron, lugar en el que se encuentra el castillo de Wildenstein y un acogedor hostal donde podremos pasar la noche.

Etapa 2: de Beuron a Riedlingen

Tras un buen desayuno partimos con algunos desniveles en este primer tramo de 30 kilómetros, los cuales serán compensados por la belleza de los pueblos que cruzaremos. Tomaos la libertad de posaros algunos momentos de la bicicleta y adentraros en las calles pues merecerá la pena, como en el caso de Mengen, cuyos restos de asentamientos en la zona se remontan a la época romana. Saliendo de la ciudad volvemos a encauzarnos hacia la orilla del Danubio, iniciando el último tramo de 20 kilómetros que nos separa de nuestro destino de la segunda etapa, la ciudad de Riedlingen. Esta ciudad data del año 835, y tiene la peculiaridad de ser una de las pocas que apenas sufrió daños durante la segunda guerra mundial, conservando de este modo una gran belleza de estilo medieval.
Ulm

Etapa 3: de Riedlingen a Ulm

Comenzamos un día tranquilo, con recorrido en desnivel que nos llevará tras 22 kilómetros al pueblo de Munderkingen. Podemos aprovechar la parada para bajar un poco el ritmo disfrutando de las vistas. Tras salir de Munderkingen, un corto trayecto de 14 kilómetros nos lleva hasta Ehingen. Lo mejor será aprovechar para almorzar y darnos un pequeño descanso tomando un helado en alguna de sus creperías, ya que nos espera un buen tramo de 33 kilómetros hasta nuestra meta de hoy, Ulm. La ciudad de Ulm posiblemente sea la de mayor tamaño que nos hayamos encontrado hasta ahora desde que salimos. En este punto ya hemos recorrido un tercio del camino hasta la frontera. Tendremos varias posibilidades de alojamiento, así como talleres de reparación por si necesitamos que le echen un vistazo a nuestra bicicleta.

Etapa 4: de Ulm a Dillingen
A la salida de Ulm tendremos que estar pendientes a las indicaciones, especialmente si se ha experimentado crecida del rio. Lo mejor es que os paséis el día antes o esa misma mañana por un puesto de turismo para informaros de la situación de los caminos y la mejor manera de retomar la senda. Una vez de vuelta en la ruta, seguimos el pedaleo hasta la ciudad de Gunzburg, donde peculiarmente podremos visitar un Legoland. La torre de la ciudad es digna de ver y merece un desvío. Una vez dejar atrás Gunzburg, nos quedará un tramo algo más largo de 33 kilómetros, atravesando el pueblo de Gundelfingen y Lauingen (entre los cuales encontraremos unas ruinas romanas), para llegar a Dillingen, parada final de hoy. Os recomendamos tomaros el tiempo que podáis para descansar, pues la siguiente etapa será la más larga de toda la ruta.

Befreiungs-halle
Etapa 5: de Dillingen a Neuburg
En esta etapa atravesaremos varios pueblos pequeños. A destacar a mitad de camino el de Donauworth, con unas ruinas medievales cuya conservación es excelente. Seguimos a un buen ritmo a la salida de Donauworth, con cuidado pues en algunos momentos transitaremos al lado de carretera. Finalmente, tras recorrer los casi 74 kilómetros de hoy, entramos en la ciudad de Neuburg. Importante no perderse en Neuburg: el gran palacio, considerado el más hermoso del Danubio; el castillo, construido en el 1200 sobre una antigua fortificación celta; y una farmacia de estilo barroco reconvertida en bar de jazz.

Etapa 6: de Neuburg a Bad Gogging

Dejamos Neuburg pedaleando pegados a una carretera secundaria durante un par de kilómetros. Tras poner precaución al abandonar la carretera retomamos los caminos a la altura del Palacio de caza de Grunau; los siguientes 20 kilómetros los realizaremos algo alejados del rio, hasta la vecina ciudad de Ingolstadt. Aprovechamos para bajarnos de la bici e invertir el resto de la mañana visitando la ciudad a pie. Que sepan los amantes del terror que se encuentran en la ciudad de nacimiento de Frankenstein; para los amantes de la historia y el arte nada mejor que visitar la Catedral gótica y la iglesia María de Victoria (de estilo rococó), la cual guarda en su interior la Custodia de Lepanto (creada para celebrar la victoria sobre los turcos en la batalla del mismo nombre). Dicen que Ingolstadt es “para todos los gustos”, y es que también encantará a los amantes de la cerveza, recomendando para ellos una visita al museo de la reconvertida Kuchlbauer Brewery. Finalmente, aunque no menos importante, esta ciudad es la casa del museo de historia Audi, un obligado para los seguidores del motor. Sin lugar a dudas, si nos sobran días o contábamos con pasar un par de noches en algún sitio, Ingolstadt sería una buena ciudad para hacerlo, ya que nos resultará imposible disfrutarla por completo en unas horas. La otra mitad del recorrido planeado para la etapa de hoy, transcurre por tranquilos caminos pegados al rio hasta el pueblo de Bad Gogging; podremos descansar en él o en la vecina Neustadt, que habremos dejado 4 kilómetros atrás.

Etapa 7: de Bad Gogging a Regensburg
Salimos por los caminos de Bad Gogging con el rio a nuestra izquierda hasta llegar a Weltenburg. Aquí tendremos dos opciones, podremos seguir en bicicleta durante unos 6 kilómetros por carretera secundaria hasta Kelheim, o bien podremos tomar un barco a las orillas de la Abadía Weltenburg para ahorrarnos la carretera (disponible solo de Marzo a Noviembre). De una forma u otra, al llegar a Kelheim recomendamos desviarnos ligeramente a la izquierda para visitar el Befreiungshalle (o Hall de la Liberación). Esta magnífica construcción circular fue levantada en memoria de todos aquellos que ayudaron en la liberación de Alemania de manos de Napoleón. Continuamos nuestro camino, preferiblemente dejando el rio a nuestra izquierda para evitar tramos por carretera, y pegados a la orilla veremos tras unos 30 kilómetros, el puente de piedra de la ciudad de Regensburg, destino de hoy.

Etapa 8: de Regensburg a Straubing

Comenzamos el último tercio de nuestra aventura dejando atrás la ciudad de Regensburg y tomando un pequeño desvío a nuestra izquierda 6 kilómetros después. Si el Befreiungshalle nos gustó, lo que tenemos ante nosotros nos impresionará. El Walhalla, obra del mismo autor que el Hall de la Liberación y anterior a este. Construido en mármol y siguiendo el diseño del Parthenon griego, fue encargado por Ludwig I (Luis I) de Baviera, que deseaba construir un templo en honor a los alemanes ilustres. En su interior ya hay un total de 162 bustos de figuras célebres, y el nombre hace referencia al lugar de la mitología nórdica donde viven los dioses y donde acogen a los héroes caídos. Dejamos atrás el Walhalla y continuamos ruta casi sin escalas hasta una ciudad con más de 2500 años de antigüedad; conocido como “Sorviodurum” por los celtas, Straubing será nuestro final de etapa.

Etapa 9: de Straubing a Vilshofen

El de hoy será un recorrido largo, así que tras un buen desayuno en Straubing, es aconsejable salir temprano. Tras pasar Bogen, a 10 kilómetros de Straubing, nos encontraremos con un buen tramo y con un par de kilómetros por carretera hasta llegar a Deggendorf. Aquí podemos descansar un poco las piernas y disfrutar de una buena comida y un leve paseo antes de continuar. Nos separan poco más de 30 kilómetros del final planeado de etapa en Vilshofen, no obstante, si nos encontramos muy cansados, podremos buscar alojamiento en Winzer (a 17 kilómetros) o Hofkirchen (a 24 kilómetros).

Abadía de Waltemburg
Etapa 10: de Vilshofen a Passau
Estamos a tan solo 24 kilómetros de la frontera con Austria. Al salir de Vilshofen, tanto si tomamos el margen izquierdo o el derecho, deberemos circular con precaución por unos 8 kilómetros de carretera secundaria. Tras atravesar pequeñas poblaciones pronto comenzaremos a ver la entrada a la ciudad de Passau, meta de nuestra ruta y final del tramo alemán del Danubio. Passau es conocida como la ciudad de los tres ríos, pues en ella confluyen el Danubio por el oeste, el Inn por el sur y el Ilz por el norte.
Debido a su ubicación, Passau es una ciudad que goza de una rica historia. Cambió de manos en numerosas ocasiones, y así mismo sufrió grandes desperfectos y catástrofes, lo que hizo que a lo largo de los siglos fuese reconstruida siguiendo distintas corrientes arquitectónicas. Es sin duda una ciudad digna de ver y de sentir, pues cada rincón tiene un pedacito de historia.


A tener en cuenta:
Las mejores fechas para ir son a principios o finales de verano, para evitar grandes tormentas y mosquitos en la medida de lo posible.
Mejor alforjas impermeables que mochila; serán más cómodas.
Podéis llevar vuestras propias bicicletas, no obstante os puede resultar más cómodo alquilarlas en Donaueschingen. Algunas empresas tienen servicio de recogida al final de la ruta en Passau.
Los aeropuertos más cercanos a Doanueschingen son los de Stuttgart, Múnich y Zúrich. Desde cualquiera de estas ciudades tendréis trenes.
No es condición indispensable llevar reservado alojamiento, aunque en épocas de mucha afluencia corréis el riesgo de que algunos lugares estén completos.
Hay numerosos campings a lo largo del recorrido si preferís llevar vuestra tienda de campaña. Tened en cuenta que la acampada libre está prohibida y os pueden multar.
La división de 10 etapas está pensada para personas que no estén muy acostumbradas a largos periodos en bicicleta. Para ciclistas experimentados el número de etapas puede reducirse considerablemente.

Imprescindibles:
Un buen mapa de la zona. Aunque la ruta no está mal señalizada, es imprescindible llevar un buen mapa para evitar perdernos.
Repelente anti mosquitos. Incluso aunque no vayamos en pleno verano, no debemos olvidar que iremos a la orilla de un rio.
Chubasquero. Las tormentas en la zona pueden ser repentinas, y en solo cinco minutos pueden dejarnos calados hasta los huesos.
Un diccionario. Salvando en ciudades grandes o en oficinas de turismo, la mayor parte del tiempo tendremos que comunicarnos en alemán, ya que no debemos olvidar de que la ruta transcurre por pueblos en su mayoría.
Dinero en efectivo. Por la misma razón que lo anterior, no siempre tendremos un cajero a mano para el alojamiento o la comida, y no siempre aceptan tarjetas.

Burdeos II, Viaje al corazón de la región vitivinícola

Si hay una tierra cuyo nombre esté irremediablemente vinculado con un producto agroalimentario, ésa es, sin duda, Burdeos. Región de grandes vinos (para algunos, los mejores del mundo), esta zona de Francia esconde impresionantes castillos, verdes paisajes y imponentes monumentos de todas las épocas. Una de las rutas vitivinícolas situadas alrededor de Burdeos es la que discurre por el Perigod y Bergerac ¿Hacemos las maletas?

La región de Burdeos es la cuna de algunos de los más prestigiosos productores de vino del mundo. En esta zona de Francia se estima que existen alrededor de 14.000 productores de vino, 117.514 hectáreas de viñedos, 400 comerciantes y un volumen de negocio que supera los 14.500 millones de euros. Un paraíso que los amantes del buen vino, sin duda, no pueden perderse. Éstas son algunas de las cosas a tener en cuenta si decidimos viajar por la región vitivinícola de Burdeos hacia Bergerac:

 Burdeos: la capital de la región de la antigua región de Aquitania (desaparecida administrativamente en 2015) y de la región vitivinícola del mismo nombre, es una ciudad con sabor a vino. Los amantes del enoturismo no pueden perderse una visita a La Maison du Vin de Bordeaux (lo que traducido al español sería la Casa del Vino de Burdeos). Situada en un edificio del siglo XVIII, es la sede del Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos. En sus dependencias alberga la Escuela del Vino, donde se realizan cursos (tanto de iniciación como de perfeccionamiento), catas, seminarios, cursos intensivos o fines de semana enológicos, además de otras actividades relacionadas con este sector. Además, en su bar (abierto al público en general) pueden probarse los vinos de la zona. El Museo del Vino (en el barrio histórico de Chartrons) es otra excelente opción para los que quieran empaparse sobre la historia de la producción vitivinícola. Acoge una exposición sobre la vida de las grandes familias bodegueras del siglo XVIII y XIX, un amplia zona dedicada al vino como negocio y una parte centrada en la exportación de vino desde el puerto de Burdeos. También permite conocer el trabajo de la crianza en los paseos del río de Chartrons.


Saint Emilion: esta pequeña ciudad medieval, situada a poco más de 35 kilómetros de Burdeos, es considerada por muchos la cuna de algunos de los mejores vinos tintos del mundo y no es para menos, ya que se cree que las primeras cepas en la zona fueron plantadas por los romanos. Más allá de su célebre fama como localidad productora vitivinícola, Saint Emilion es una población preciosa, en la que destaca su iglesia monolítica subterránea (construida de abajo hacia arriba en la colina) y las callejuelas de su centro histórico. Una visita a la ciudad suele ir acompañada de una cata de vinos en el Chateau Franc Mayne (una de las bodegas más prestigiosas de la zona).


Castillo de Montaigne: entre las localidades de Saint Emilion y Bergerac encontramos el Castillo de Montaigne, una fortificación del siglo XIV que fue propiedad de la familia del célebre filósofo y pensador renacentista Michel de Montaigne. Más tarde fue propiedad de uno de los ministros de Napoleón y actualmente es propiedad privada, por lo que sólo se puede visitar la torre. Aún así, si viajamos hacia Bergerac, merece la pena realizar una pequeña parada.

 Castillo de Monbazillac: situado a tan sólo 5 minutos de la ciudad de Bergerac, encontramos este pintoresco castillo del siglo XVI, una joya arquitectónica con toques renacentistas rodeada de viñedos. Precisamente, en su interior se organizan visitas guiadas que tienen como hilo conductor el vino producido en los terrenos de su alrededor. Una buena parada para los amantes del enoturismo.


Castillo de Bridoire: rodeado de viñedos, este precioso castillo medieval (del siglo XV), con sus torres circulares y sus tejados cónicos es uno de los atractivos más destacados de la ruta que proponemos. Una parada perfecta si viajamos en verano (cuando se realizan escenificaciones nocturnas con vestuario y ambientación medieval) y una buena vista durante todo el año. Actualmente, puede visitarse una parte del castillo que incluye varias habitaciones, cocinas, comedores y el patio interior.

 Bergerac: la localidad de Bergerac, atravesada por el río Dordoña, es una preciosa población, en la que destaca su casco histórico, formado por plazoletas y callejuelas con multitud de edificios pintorescos. Si visitamos Bergerac, no podemos dejar de visitar su el Museo del Vino, situado en una bella casa de ladrillo con entramados. Este museo se centra en el transporte por barco, la evolución del viñedo y el patrimonio fluvial de la región de Bergerac. Los amantes del mundo vitivinícola tienen otra parada obligatoria en la ciudad: la Casa de los Vinos. Se trata de un centro dedicado al mundo del vino y, especialmente, de las 13 denominaciones de origen de la zona, situado en el Claustro de los Recollets, un edificio histórico que ya merece una visita en si mismo.